Rafael Quintero y sus tres décadas aterrorizando a México y EU
Rafael Quintero y sus tres décadas aterrorizando a México y EU. Foto: Especial

Luego de casi 35 años, el vecino del norte continúa considerando peligrosísimo a Caro Quintero.

A principios de año, Rafael Quintero aseguró estar dispuesto a sentarse a platicar con el próximo presidente y ayudar a resolver el problema del narcotráfico.

A solo unos días de que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discuta un amparo que promovió para no ser extraditado Rafael «Caro» Quintero, considerado junto a Miguel Ángel Félix Gallardo como fundador del cártel de Jalisco, en la década de 1980, el FBI anunció hoy una poderosa recompensa por el capo mexicano y lo posicionó entre los diez criminales más buscados.

Es decir, luego de casi 35 años, el vecino del norte continúa considerando peligrosísimo al narcotraficante mexicano, a quien ha acusado no solo del asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, sino también de haber orquestado el tráfico de estupefacientes en territorio estadunidense. Tanta peligrosidad han considerado que, hoy, su fotografía ya aparece en el portal del FBI entre lo peor de lo peor.

En contraste, y regresándonos cinco años atrás, las autoridades mexicanas liberaron al llamado «R1» luego de que cumplió 28, de 40, años tras los barrotes del Reclusorio Norte y en cuestión de días, el abogado de la nación (PGR) confirmó que «siempre no», pues había una orden para extraditarlo hacia las tierras que hoy gobierna Donald Trump.

Obviamente no dieron con Caro Quintero, pues para ese momento el viejo capo de la droga podía estar escondido ya en alguna casa de seguridad, dentro o fuera del territorio nacional, por lo que nuevamente, con esa facilidad que tiene la autoridad para ponerse el pie, dejó en libertad al hombre que este jueves puso de cabeza los periódicos y las redes sociales en ambos países.

Incluso, poco tiempo después, el entonces procurador Jesús Murillo Karam informó que Quintero envió una carta al presidente Peña Nieto para pedirle que no se dejara presionar por venganzas de Estados Unidos, pues él ya había pagado su pena en prisión.

Y aún con todo el arsenal de inteligencia (llámese Pegasus) con el que cuenta el flamante gobierno federal, nomás no han podido dar con Rafael, quien incluso haciendo gala de sus privilegios aseguró a principios de 2018, en una entrevista concedida a la periodista Anabel Hernández, que él está «fuera del aire», que no se mete en nada, que está limpio  y, principalmente, que está en disposición para sentarse a platicar con el próximo presidente, para ayudar a resolver el problema del narcotráfico.

Así, nuevamente queda manifiesta la impresión de que, al igual que otros señores del narcotráfico Caro Quintero tiene bien claro que ya no es, ni será, presa fácil para el gobierno mexicano, al contrario, hasta podría darse el lujo de negociar con ellos. Pero del rubio presidente de Estados Unidos, de él sí se tiene que cuidar.

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