Continúa el reality show montado por el presidente Donald Trump en Medio Oriente; en esta ocasión, fue el turno de su visita a Israel.
Este día, uno de los personajes más odiados a nivel mundial se presentó en el territorio israelí para reafirmar su «vínculo indestructible» con ese país tan criticado por la ocupación de territorio palestino y, en tono profético, para asegurar que existe una «rara» oportunidad para que llegue la paz a la región.
El mandatario estadounidense indicó: «Vine a esta tierra antigua y sagrada para reafirmar el vínculo indestructible entre Estados Unidos y el Estado de Israel», con el propósito de negociar el fin del conflicto entre israelíes y palestinos.
Destacó que previo a la llegada de Trump, un corresponsal israelí aseguró que la administración planteó aprobar algunas medidas que faciliten el tránsito de palestinos, a través de territorio ocupado como: prolongar el horario de apertura en el paso fronterizo de Allenby Bridge o expandir el paso entre Cisjordania e Israel, debido a que decenas de miles de palestinos laboran en territorio israelí.
Durante su visita al Muro de los Lamentos, en Jerusalén, Trump también le indicó al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que «Irán nunca tendrá armas nucleares»,.
Esto, sin embargo, fue opacado por los medios de comunicación, ya que todos cubrieron la parte del reality, sí, la novela entre su esposa Melania y el mandatario, quienes desde su llegada a medio oriente han sido la comidilla de los diarios.
Pues de esta visita, surgió un video en redes sociales, en el que se aprecia a la pareja presidencial caminando sobre una alfombra roja en compañía del primer ministro israelí, y cuando Donald intentó tomar la mano de su esposa, Melania rechazó su gesto con un manotazo.
El video fue viralizado en redes y, por supuesto, explotado al momento por los noticieros y sitios de noticias, para mostrar la fragilidad de la relación entre los Trump. Sólo falta una escena de tipo confesionario, para que este gran reality continúe tan bien como hasta ahora, porque, al parecer, la historia de desamor tiene más repercusión que las «decisiones y sucesos políticos» que podrían tener repercusión internacional.
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