DE REFORMAS ENERGÉTICAS «NO MALAS», APLAUSOS FÁCILES Y CERO DIFUSIÓN . FOTO: LA JORNADA

Dentro de su discurso conmemorativo por el LXXIX Aniversario de la Expropiación Petrolera en México, el presidente Enrique Peña Nieto consignó que aquellos que no están de acuerdo con la reforma energética es por irresponsabilidad y desconocimiento.

«Es por irresponsabilidad apostándole al aplauso fácil, sin importarles que se seque nuestra producción petrolera y que se vean comprometidas las finanzas y la viabilidad de Pemex o por desconocimiento, porque no se han dado cuenta de que el contexto petrolero a nivel mundial ha cambiado, ahora ninguna petrolera asume sus proyectos por sí sola, por los riesgos que esto implica a su patrimonio», consignó.

No obstante, resulta contradictorio observar que en eventos como la inauguración de «medias carreteras», «arranque de nuevos transportes masivos», «rehabilitación de edificios públicos», es decir, actos relacionados con temas que no implican alguna coyuntura nacional, se realicen enlaces televisivos-radiofónicos en cadena nacional, sin preocuparse por la duración del mismo; sin embargo, aquellas transmisiones competentes a una o varias sesiones de trabajo de la Comisión Nacional de Hidrocarburos o la mismísima Sener, sean transmitidas, únicamente, vía internet o en ocasiones sólo por televisión de cable.

Por ejemplo, en la primera licitación de la Ronda Uno, la empresa mexicana Sierra Oil & Gas con Talos Energy y Premier Oil resultaron ganadoras y, ahora, tendrán acceso a la exploración de campos en aguas someras de Veracruz y Tabasco. Tales resultados fueron positivos para algunos y negativos para otros; sin embargo, todo el procedimiento de abrir sobres, leer y comparar ofertas es sumamente vital que la población también lo escuche al momento, si es que la idea es legitimar y demostrar que tantos reclamos carecen de solidez.

Si bien, hay optimistas que aseguran que México necesitaba socios para aplicar tecnología de punta, así como compartir costos y riesgos y sumar recursos, puesto que la exploración y extracción de petróleo en aguas profundas es algo complejo y se realiza bajo condiciones adversas, el gobierno mexicano no debe hacer a un lado que si algún sector de la población no apoya la reforma energética, es por la insuficiencia de resultados que el otrora secretario de Hacienda, hoy flamante «becario de la SRE» salía a anunciar año con año.

Si bien es cierto que México necesita enfrentar con visión los desafíos energéticos del siglo XXI, como lo hizo hace 79 años, la receta a emplearse debe contener transparencia y rendición de cuentas, pues la creación de empleos y modernización de la industria, traducidos en mayores ingresos y crecimiento económico del país no es un logro que se gane exclusivamente insertando una moneda en una cajita llamada «reforma energética».

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