El caso de la riña en el penal de Chiconautla sólo es una muestra de la corrupción de cualquier otro penal.
El preso Luis «N», mejor conocido como El tatos, fue el causante del problema, pues al ser temido por muchos y al haberse quedado sin protección, varios internos intentaron tomar venganza.
El reciente caso de la riña en el penal de Chiconautla devela no sólo un caso de violencia, sino también de corrupción, pues el hecho de que la trifulca se haya debido por miedo a un solo reo dice mucho del sistema tan precario que hay en esta y cualquiera otra cárcel.
Pero, ¿por qué decimos esto?, bueno, pues porque varios internos intentaron agredir a Luis «N», mejor conocido entre sus cuates como «El Tatos» y de quien según se dice, se dedica a golpear a otros reclusos para extorsionar a familiares. Así, lo que pasó es que este buen hombre se quedó sin la protección de otros reos y, por supuesto, otros presos se aprovecharon esta situación para tratar de bullear a su bulleador.
De acuerdo con el gobierno estatal, esta riña dejó sólo un interno y un custodio heridos, aunque ni presos ni familiares están tranquilos con la llegada de El Tatos y, lo que es más, exigen que sea reubicado a otro centro penitenciario pues, dicen, desde su llegada se han registrado varias agresiones y extorsiones. Y es que nadie, pero al parecer nadie quiere a este hombre cerca, pues apenas hace unos días fue trasladado del penal de Neza Bordo, en donde también era bastante temido y del cual fue trasladado luego de que salieran a la luz algunos videos en los que se le ve torturando a sus hermanos de barrotes.
Sin embargo, este caso sólo deja ver las condiciones tan precarias en las que se encuentran aquellas personas que están pagando por sus crímenes en estos reclusorios, pues si bien algunos de ellos seguramente han cometido delitos por los que bien merecen refundirse de por vida entre cuatro paredes, existen otros que seguramente nada deben pero todo temen al ser «inocentes» y estar presos junto con aquellos delincuentes que, aprovechándose de su poderío dentro de la cárcel, suelen golpear a los más desprotegidos con tal de que las familias de estos paguen cierta cantidad monetaria para que ya no los sigan golpeando.
Debido a esto, es que varios familiares temen no sólo por la seguridad de sus familiares, sino hasta por su vida, pues comentan que ni Eruviel Ávila ni Alfredo del Mazo han hecho nada por impedir que las extorsiones ni la violencia continúen ni en este ni en ningún otro centro penitenciario y, lo que es más, desean que haya una limpieza gubernamental, pues aseguran que los hechos violentos y corruptos se dan con apoyo de los guardias y demás funcionarios.
Menos mal que la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) está bastante «preocupada» por la seguridad de los reos, pues han admitido que junto a los tres poderes no han trabajado de manera adecuada (¿en serio?) para atender esta problemática; y por lo tanto, harán lo posible para mejorar esta situación, o al menos eso es lo que dijo Jorge Olvera García, comisionado de esta institución; sin embargo, también comentó que, de momento, los penales que se encuentran en focos rojos son cinco: Neza-Bordo, Chalco, Tlalnepantla y Santiaguito.
Asimismo, también capos de alto calibre tales como El Chapo, La Barbie, o El H, presentaron quejas ante la CNDH por la forma en que los miman en los penales al mencionar que son víctimas de malos tratos y tanto las condiciones en las que se encuentran así como los alimentos que reciben son totalmente insalubres, pobrecitos.
Lamentablemente la corrupción en los penales difícilmente será erradicada, pues sin importar cuántos guardias haya en cada uno de ellos, los más oscuros secretos se ocultan en los rincones de cada celda, protegidos celosamente por presos y autoridades.
Israel Yerena
HOY NOVEDADES/EN BOGA