Últimamente aquellos que han ocupado el cargo de gobernador en nuestro país se han visto ligados a la palabra persecución. Es como una especie de malaria que ha propiciado que los apellidos Duarte, Borge, Granier, Padrés, Yarrington y Vallejo volvieran a figurar en los medios de comunicación y no precisamente por su notable desempeño al frente de sus administraciones estatales sino por sus problemas con la ley.
El caso más reciente nos lleva a Michoacán. Paraíso de la ilegalidad y el encubrimiento que han sabido explotar los grupos del crimen organizado para robustecer sus dominios. Si bien este caso ya tiene algunos años en el aparador y no es propiamente Fausto Vallejo Figueroa quien se encuentra señalado, es su hijo quien enfrenta una vez más a la justicia mexicana.
Hablamos de Rodrigo Vallejo Mora, apodado El Gerber, quien ya estuvo «guardado» siete meses en el 2015 por el delito de encubrimiento en su modalidad de delincuencia organizada. Resulta que hace unos años se dieron a conocer unos videos en los que el hijo del exgobernador sale compartiendo cierta bebida espirituosa con Servando Gómez Martínez, La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios que actualmente se encuentra preso en el Altiplano.
Rodrigo pagó una fianza de siete mil pesos para salir de la cárcel, pues el delito por el que se le juzgó no era grave. Además, aseguró que a sus encuentros con La Tuta acudió «obligado»; sin embargo, una de las conversaciones que pueden apreciarse en uno de los videos nos muestran una charla, sino de amigos de toda la vida, sí un diálogo ameno entre ambos personajes.
Forzado o no el hijo de Fausto acudió al encuentro. Las investigaciones continuaron y el pasado sábado 26 de enero fue atrapado nuevamente, esta vez por el delito de delincuencia organizada. Ahora está sin derecho a fianza, en el Cefereso 12 en Guanajuato. Para el primer día de este mes se le dictó auto de formal prisión pues, según el juez federal encargado del caso, existen pruebas suficientes de que es partícipe de la delincuencia organizada.
Si bien su padre ha externado que en su familia no hay delincuentes y Rodrigo ya interpuso una apelación al auto de formal prisión y cambió de abogado, al parecer El Gerber puso su granito de arena (aunque haya sido forzado) a construir la playa de cadáveres en la que se ha convertido Michoacán, en donde según datos del Observatorio Ciudadano Michoacano en 2017 se registraron 1 277 homicidios dolosos, de los cuales casi el 80 por ciento (77.9) fueron por arma de fuego. Porque la omisión es igual de dañina que la ejecución. A final de cuentas es una forma de delinquir.
HOY NOVEDADES/EN BOGA