En medio de un ambiente hostil con gritos entre priistas y panistas –digno de final de fiesta de barrio–, tomó posesión Jorge Carlos Ramírez Marín como presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados. Además se avaló, con votación de por medio, 388 votos con 40 abstenciones y cero en contra la nueva composición del órgano.
De esta forma el priista Ramírez Marín, quien se autodefine en su cuenta de twitter como «Apasionado yucateco, cinéfilo y ¡águila a morir!» está gozando de la gloria terrenal, mientras que el coordinador panista Marko Cortés fue lanzado afuera de la «casa». Así las cosas, mañana el nuevo presidente de la mesa directiva recibirá de manos de José Antonio Meade –serio aspirante a la candidatura presidencial tricolor– el Paquete Económico que propone el Partido Revolucionario Institucional para el último año del sexenio de Peña Nieto.
El Partido Acción Nacional y aliados enaltecen su victoria con base en el diálogo y están a la espera de que Ramírez Marín mande la iniciativa de ley para que se elimine el pase directo de procurador a fiscal. De tal suerte que Ricardo Anaya –tan cuestionado dentro del blanquiazul– se reunió en San Lázaro con los coordinadores de las bancadas de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda, y del PRD, Francisco Martínez Neri, para «luchar» por la sociedad civil organizada, intelectuales y académicos; no se crea que es por su interés –personal o grupal–. Él lo niega rotundamente, no se trata de «una medalla personal».
Por otro lado, la negociación a unos meses de las elecciones presidenciales que parece no afectar en lo más mínimo al tricolor, quien en voz de Emilio Gamboa Patrón, coordinador del partido en el Senado, aseveró: «No han doblado al PRI. No estamos secuestrados, se ha buscado la negociación, la conciliación y los acuerdos».
Además, el priista se dio tiempo para demostrar que la soberbia sigue vistiendo zarape de tres colores: «Vamos a ganar la presidencia con todo y el frente Opositor». Esto en relación a la incipiente alianza que cambió de nombre a Frente Ciudadano para su registro, el cual integran PAN, PRD y Movimiento Ciudadano provisionalmente, a espera de sumar esfuerzos, capitales y, por qué no, hasta aspirantes a candidato.
Este acto de «buena fe» ha destensado la situación de crisis que se vivió la Cámara baja. Pero no olvidemos que en cualquier momento la carroza se vuelve calabaza y la tregua se vuelve disputa; entonces el recinto legislativo puede retomar la ira contenida y disfrazada –política al fin y al cabo– para volver a lanzar linduras de un lado a otro.
De aquí en adelante, Ramírez Marín tiene menos de un año para llevar por buen camino el andar legislativo que marca y exige la Constitución de nuestro país. Deberá procurar y encauzar, imparcial y objetivamente, las vísceras que debatirán, discutirán y votarán las sesiones en San Lázaro.
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