El primer «debate» entre los candidatos a la gubernatura del Estado de México fue en la pantalla chica. Televisa prestó su noticiero matutino para que los siete competidores expusieran los argumentos políticos con los que pretenden apoderarse de una de las sillas más importantes del país. Los siete aspirantes fueron divididos en dos grupos: «los apestados» y «los populares». Esa pareció ser la consigna para dividir el debate en dos mitades.
Los primeros en sentarse a dialogar fueron el representante del PT, Óscar González Yáñez, y los independientes, María Teresa Castell e Isidro Pastor. Este último estuvo 20 años en el PRI (incluso llegó a ser presidente) hasta que tuvo la osadía (¿o será ingenuidad?) en el 2005 de querer ser el candidato presidencial del tricolor, cuando ese lugar ya estaba más que reservado para Peña Nieto. El también empresario ha rechazado los recursos del IEEM para ir con la suya y el varo que pudiera juntar entre quienes creen en su proyecto y sus conocidos.
El único en esta mesa con respaldo de algún partido, Óscar González, uno de los fundadores del PT, fue presidente municipal de Ecatepec (2006-2009) y también fungió como diputado local. La única dama, en esta primera parte del debate, la empresaria María Teresa Castell, es la presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias en el Estado de México (AMMJE). No cuenta con una trayectoria política, pero busca un bien colectivo y las 330 mil firmas que juntó le dieron el aval para ser candidata.
Este primer contingente de candidatos sólo dispuso de poco menos de 15 minutos para que presentaran propuestas al electorado. Y lo pudieron hacer de forma escueta por el escaso tiempo, a diferencia de la segunda parte de los implicados, quienes sí contaron con más espacio (una hora); sin embargo, no fue bien aprovechado. Porque el formato no fue el más apropiado para hacerlo. El conductor televiso puso más énfasis en darles espacio para revirar los ataques que en otorgar el tiempo necesario para que fundamentaran sus propuestas para el bien de los mexiquenses.
Si los habitantes del Edomex vieron el «debate», algo tendrán seguro: se dieron cuenta de que casi todos sus potenciales gobernantes tienen cola que les pisen. Pero, al menos en esta ocasión, no tuvieron la oportunidad de analizar y comparar propuestas, ya que estas brillaron por su ausencia o no se detallaron a fondo.
En resumen, unos quisieron y no pudieron; mientras que los otros pudieron, pero no quisieron. Sólo queda esperar que de aquí al final de las campañas, se organice un debate que realmente permita decirle a la gente del estado que ha sido un bastión político para los partidos qué ofrecen a cambio de tachar su nombre en la boleta. Porque la crisis de seguridad (y en los demás ámbitos también) en el estado es tan grande como añeja. Al menos Televisa ganó el rating disponible en la mañana. ¡Misión cumplida!
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