SE NOS OLVIDÓ OTRA VEZ…

La situación por la que cruza el país es de un profundo descontento, el cual se mostró a principios de año con la aplicación del aumento en el precio de los combustibles, el conocido gasolinazo que desató múltiples y constantes movilizaciones en todo el país; sin embargo, existe poca claridad en el cómo continuar la lucha y darle mayor centralidad a las convocatorias.

Cabe recordar que la lucha contra el gasolinazo se encontró a su paso con el ascenso a la presidencia de los Estados Unidos, del empresario misógino Donald Trump, de su agresividad contra los migrantes y de su eterna pela con México.

Lamentablemente, tras tres meses de que se diera el alza a la gasolina, dichas movilizaciones se han visto fragmentadas. ¿Será que ahora el precio de los combustibles ya no nos afecta como antes? O ¿Ya no hay más que hacer?

Sonora es uno de los estados más activos, en cuanto a las manifestaciones por el gasolinazo se refiere, pues se ha visto más afectado al colindar con Estados Unidos. Esta situación geográfica ha desencadenado el hecho de que los consumidores prefieran comprar en las gasolineras estadounidenses, en las que es más económico llenar su tanque.

Es por esto que en este estado se siguen viendo las movilizaciones sociales en  contra de estos aumentos, ya sean los miembros del grupo «No al Gasolinazo Sonora» o los propios dueños de las gasolineras afectadas por la falta de consumidores. Asimismo, dicho movimiento se ha adjudicado distintas demandas sociales como el alza de la luz y el actual debate sobre la licitación del alumbrado público en Hermosillo, que, de acuerdo con los habitantes, no pagarán con dinero de sus bolsillos.

Estas demandas y muchas otras han sido causa de las diversas movilizaciones en las casetas, fronteras o ayuntamientos municipales. Otros ejemplos, pero no con el mismo impacto, son los estados de Chihuahua, Mexicali e Hidalgo.

Pero ¿y la Ciudad de México? Acá también recaen las consecuencias, sólo que como buenos «chilangos» aplican  aquella frase de que «el mexicano no tiene memoria». Frase que no es tan errónea, ya que hemos pasado décadas quejándonos del gobierno que tenemos cuando podríamos estar exigiendo nuestros derechos.

Para no irnos tan lejos, este septiembre, se cumplen 3 años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de  Ayotzinapa, sin olvidar las diversas reformas que nos terminarán de joder la vida, como lo son la educativa, la energética y la laboral, entre otras.

A los citadinos, ya se nos olvidó el gasolinazo y ahora tenemos que batallar con la nueva inflación, la cual es la más grande desde hace siete años, mientras que los candidatos a la gubernatura del Estado de México se dignan a gastarse más de 4 millones de pesos diarios para su propaganda, con el permiso del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) y los altos funcionarios, incluido el Instituto Nacional Electoral, no se decide si se van a «sacrificar» a bajar sus salarios, los cuales se miden en millones, sin que sea «anticonstitucional».

Sólo nos preocupan y nos mantienen atentos los tuits del empresario-presidente Donald Trump, el cual nos tiene encantados con los diversos comunicados en los que no se cansa de afirmar que hará una deportación masiva y pondrá un muro en la frontera con México, olvidándonos, realmente, de que el muro más preocupante es el que está entre los mexicanos, el cual nos impide esa unión que necesitamos para poder cambiar la situación en la que nos encontramos, ya que estamos en un momento donde se muestra que  el peor enemigo de un mexicano, es otro mexicano.

HOY NOVEDADES