Los pasados miércoles y jueves, se realizó la Conferencia Nacional de Gobernadores para tratar, de emergencia, temas de seguridad, en específico por lo ocurrido en Sinaloa y Jalisco: los atentados a periodistas que cobraron la vida de dos compañeros de la labor, a pesar de que, aparentemente, la situación se había calmado.
El día de hoy, familiares de Salvador Adame Pardo, periodista y propietario del Canal 6 de Nueva Italia, denunciaron que un comando secuestró al comunicador; sin embargo, el gobierno les pidió silencio y discreción para realizar las investigaciones, por lo que la información aún es escasa. De acuerdo con el video difundido en Facebook, por su cuñado y productor del canal, Franco Urtiz Martínez, un comando armado obligó a Adame a que abordara una camioneta con placas del Estado de México para luego huir, con él a bordo.
El tiempo sigue corriendo y a más de 12 horas del plagio, los presuntos secuestradores no han establecido contacto con los familiares de Adame para exigir su rescate.
Si bien, los gobernadores, junto con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong indicaron que se buscará mejorar las políticas para proteger a los integrantes de los medios de comunicación en todos los estados, existe la posibilidad de recibir amenazas por parte de los integrantes del propio gobierno, en cualquier nivel.
Y así fue, el periodista, previo a retirarse de los medios, indicó que había tenido algunas «diferencias» con el presidente municipal de Nueva Italia, Salvador Ruiz e, incluso, Franco hizo énfasis a este hecho, en el video publicado en la red social: «Sí, tenía algunas diferencias con el presidente municipal, pero nada más, hasta ahí. En su trabajo, Salvador [Adame] siempre es aventado, en cuanto a dar información y darla a conocer tal y como es, no tenía tintes políticos, es muy directo».
Si bien, hasta el momento no se sabrá, de manera concreta, lo que ocurrirá con Salvador Adame, lo cierto es que la supuesta protección a los reporteros se mantiene tan frágil como hace días, meses e incluso años en los que se ha violentado a los trabajadores de los medios de comunicación. La protección sigue siendo discursos y palabras, pero la violencia es real y no se detiene.