Campesinos militantes de Antorcha Campesina y UNTA bloquearon los accesos a San Lázaro.
Muchas han sido las manifestaciones en esta semana en torno a los presupuestos otorgados a distintos sectores del Gobierno. Sin embargo ninguno había sido tan radical como el ejecutado por campesinos quienes aprovecharon que los Legisladores se encontraban en sesión en San Lázaro para cerrar con cadenas y vallas las rejas del Palacio Legislativo.
Sin embargo estos no son campesinos cualquiera, sino que se trata de miembros del Movimiento Antorchista, el cual comprende a Antorcha Campesina. La historia de esta agrupación es interesante, puesto que fue forjado como un brazo político del PRI. Creado en la década de los 70, esta organización tiene el poder de varios sectores (transporte, campo, entre otros) sobre todo en el Estado de México.
Tan Antorcha Campesina es el Estado de México que en diversos actos de campaña y ya como gobernador, Alfredo del Mazo los llama a organizar la logística del evento y, por supuesto, los antorchistas vitorean cada discurso emitido por el mexiquense. Otro guiño entre la entidad y este movimiento, son las diversas estructuras creadas en municipios que tienen como figura emblema, una antorcha. Empero, cabe subrayar que el antorchismo no exclusivamente mexiquense, hay fracciones en otros estados.
En fin, el pasado viernes, un grupo considerable de antorchistas se dieron cita en el Congreso para manifestarse en torno al recorte en sector, ubicado en el Presupuesto 2019 y avalado ya en San Lázaro. Eran aproximadamente las 10:00 horas cuando los campesinos dijeron «Nadie entra y nadie sale».
Los diputados intentaron de todo para poder salir del inmueble ante la necedad de los antorchistas y fracciones de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), quienes solicitaron que una comitiva de la Cámara los recibiera para entablar un diálogo. Con ello la tensión disminuyó, pero entonces habían pasado ya más de 8 horas de encierro.
El acuerdo se ve difícil puesto que la ley ya ha sido turnada al Senado y, de hecho, el pasado jueves fue avalada en las comisiones competentes y pasaría al pleno para su discusión y muy probable aplicación. La protesta no debía haber sido a San Lázaro, sino a Reforma 200.
Cabe mencionar que el campo es un sector olvidado desde la firma del TLCAN en 1994 y que las paupérrimas condiciones en las que se encuentra son, en gran medida, consecuencia del sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Por ello, resulta extraño que ante sexenios que han golpeado fuertemente al sector, no se pronunciaran tan ferozmente como ahora, en el «secuestro» de los legisladores.
HOY NOVEDADES/EN BOGA