Por Eztli Yohualli
En México y quizá en otras partes del mundo, la Semana Santa es el ejemplo perfecto de que un Estado no es del todo laico, pues, incluso en periodos electorales, figuras religiosas se toman el derecho a emitir opiniones políticas a sus feligreses; sin embargo, en occidente hemos decidido creer a los medios de comunicación el relato histórico que muestra a Medio Oriente como una zona en conflicto, «debido a sus creencias religiosas», y en innumerables ocasiones, criticamos a estos países por la llamada ley islámica, que conjunta lo político con lo religioso del pensamiento musulmán.
De acuerdo con la BBC, el Estado Islámico es una organización que busca implementar su poder como un estado basado en la ley islámica o sharia, para controlar el territorio conformado por Siria e Irak, y parte del territorio de Palestina, que actualmente ha sido tomado por Israel.
En 2002, el fallecido Abu Musab al-Zarqawi creó el grupo radical Tawhid wa al-Jihad, más tarde, después de la invasión estadounidense en Irak, el creador de esta organización juró lealtad a Osama bin Laden, así que fundó lo que conocemos como al Qaeda.
Al Qaeda fue la primera fuerza insurgente contra la ocupación gringa. En 2006, a la muerte de su fundador, se creó el Estado Islámico que pasó por diversas estapas, hasta que Abu Bakr al –Baghdadi se convirtió en su nuevo líder, quien en 2013 se rebeló al presidente sirio Bashar al Assad.
Desde 2013, el conflicto en Siria se ha agudizado, los más afectados han sido los civiles de aquel país, que además de enfrentarse a los ataques que han destruido sus ciudades, también afrontan el olvido internacional. Prueba de ello es que cuando un ataque terrorista se suscita en alguna demarcación europea, el mundo entero muestra su apoyo, pero en pocas ocasiones, las redes sociales se han pronunciado en favor de que el conflicto en Siria culmine.
Durante su campaña política, Donald Trump había asegurado que no intervendría en situaciones ajenas a los intereses de su país. No obstante, a unos meses de que se convirtiera en el anfitrión de la Casa Blanca, ya ha autorizado ataques en este territorio, contra el Estado Islámico. Lo que me hace cuestionar: ¿cuáles serán los beneficios de esta guerra contra el EI?
Es extraño que Estados Unidos acusara a Bashar al Assad de atacar con bombas químicas a un pueblo que, de acuerdo con algunos medios de ese país, lo respalda. No obstante, este fue el argumento de Estados Unidos, para justificar su ataque al aeródromo sirio con 50 misiles tomahawk. En este punto, el conflicto es confuso, pues el Estado Islámico confronta al gobierno Sirio, y Estados Unidos, quien supuestamente busca dar fin al terrorismo, ataca al ejército de Siria, que ahora parece estar entre dos enemigos mortales, que ya han provocado destrozos y la muerte de miles de civiles en sus ciudades.
El ataque al aeródromo no ha sido el único, le siguió un ataque a una estancia que guardaba armas químicas del Estado Islámico, lo que provocó la muerte de miles de civiles que se asfixiaron, debido a que las sustancias se expandieron con la explosión. Asimismo, ha comenzado la persecución de los integrantes del Estado Islámico en Afganistán, con una bomba gigantesca que pesa casi 10 toneladas. El gobierno estadounidense aprovechó la atención mundial para emitir un mensaje en el que aseguró que la estrategia contra el EI había sido un éxito y estaban tan seguros de su victoria que se tomaron la libertad de hablar, en el mismo comunicado, de los conejitos de pascua que dejarán huevitos de chocolate por todo Washington.
Al momento, no se han registrado víctimas, no obstante, no creo que necesitemos aumentar la lista de muertos en esta zona del globo terráqueo, ya han sido bastantes los nombres que no han sido mencionados por los medios de comunicación, pues no han sido europeos u occidentales, los que han sido víctimas de este conflicto de intereses, cada vez más confuso.
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