Esta declaración fue realizada por Marcelo Ebrard en respuesta a las acusaciones de Trump.

Hace varios meses que las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos transcurrían sin rispidez. Las relaciones de amor u odio entre Donald Trump con otras naciones como Palestina, Israel, China, Rusia, Venezuela, Corea del Norte, entre otros, lo han colocado en una posición difícil puesto que ha tenido que desatender otras cuestiones para abarcar el resto de hechos en los que se inmiscuye.

Tal es el caso del fenómeno migratorio centroamericano, del cual se había olvidado hasta que, a través de Twitter el presidente estadounidense reclamó que el gobierno mexicano «no hace nada» para frenar el flujo migratorio proveniente de Nicaragua, Honduras y El Salvador, principalmente.

Un día después, Trump recordó sus planes de cercar la frontera con México y anunció que la cerraría la semana entrante. Entre tanto, varios estados de la unión americana se mantienen con militares que resguardan las aduanas, atendiendo a cada uno de los migrantes que se acercan a pedir asilo.

Desde el jueves, funcionarios federales han respondido a las acusaciones del mandatario estadounidense, en primera instancia criticando su política bipolar, explicando que se su normatividad en torno al asilo es óptimo, sin embargo buscan poner barreras para que los migrantes entren a su país.

Estas declaraciones, realizadas por el titular del Instituto Nacional de Migración (Inami), Tonatiuh Guillén, contrastan con las emitidas por el presidente en su conferencia matutina del día viernes 29 de marzo, cuando, para calmar las aguas dijo respectar los dichos de Trump y retieró: «No me voy a enganchar».

Más tarde, en Veracruz, de manera burda y por el simple hecho de lograr que los asistentes hicieran algo más que presenciar el evento, AMLO les peguntó si era necesario responderle a Trump. La respuesta fue obviamente no, empero el mandatario tomó esta respuesta como pretexto para enmarcar su famosa frase: «el pueblo es sabio».

López Obrador ha dicho que quiere tener una buena relación con los EUA y, de hecho, Marcelo Ebrard, canciller mexicano, ha comentado que «también somos el mejor vecino que pudieron tener».  A ello, agregó que México no actuará con base en amenazas, lo que infiere una posición de tranquilidad respecto a las conductas recientes de Trump.

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