La mañana del pasado sábado, Petróleos Mexicanos (Pemex) interrumpió operaciones en la refinería Miguel Hidalgo, de Tula, estado de Hidalgo, debido a fallas eléctricas; y descartó riesgo de desabasto o falta de productos. A través de su cuenta oficial de Twitter @Pemex, anunció: “derivado de una falla eléctrica en la refinería de Tula, la operación tuvo que ser interrumpida”.

Agregó: “En este momento se llevan a cabo desfogues controlados y se ejecutan los protocolos para reanudar la operación”. Y puntualizó: “la refinería cuenta con inventarios suficientes y no existe riesgo de desabasto o falta de productos”, señalaron las publicaciones alrededor de las 10 horas de ayer. Hasta el cierre de esta edición la empresa no anunció la reactivación de las actividades.

De acuerdo con la página www.pemex.com, la refinería Miguel Hidalgo es considerada una de las más importantes en el país por su capacidad instalada, y la porción del mercado que controla, ya que procesa 24 por ciento de crudo total que se refina en México.

Actualmente cuenta con una capacidad de refinación de 325 mil barriles por día. El área productiva está integrada por 10 sectores de proceso que incluyen plantas de proceso, plantas ecológicas, sistemas de bombeo y almacenamiento de productos y un sector de servicios auxiliares.

En diciembre de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto anunció la reconfiguración de la refinería Miguel Hidalgo de Tula, con una inversión de 6 mil 598 millones de dólares (111 mil 500 millones de pesos).

El ejecutivo federal informó que con la reconfiguración se convertirá en la de mayor capacidad del país. Contará con 250 millones de dólares para la producción de gasolinas limpias, 770 millones de dólares de diésel de ultrabajo azufre y 753 millones de dólares para los proyectos de cogeneración de energía. Dicho cambio concluirá durante el primer semestre de 2018.

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