Termina el sexenio, ¿y qué pasó con la «madre de todas las reformas»?
Termina el sexenio, ¿y qué pasó con la «madre de todas las reformas»? Foto: Especial

La reforma energética no ha generado los frutos prometidos.

El gobierno de Peña Nieto prometió que la «madre de todas las reformas» se traduciría en más y mejores servicios públicos, así como mayor oferta en combustibles.

Con el sexenio a punto de concluir, la opinión pública se mantiene inconforme, con el dedo en la llaga, sobre una de las reformas estructurales emanadas de aquel famosísimo y controversial Pacto por México, la llamada «madre de todas las reformas»: la reforma energética.

Sí, se trata de aquella modificación constitucional que prometía a la población enormes ganancias a las arcas nacionales, así como más y mejores servicios públicos y, que también se reflejaría en una mayor oferta en gasolinas, gas LP y energía eléctrica; sin embargo, aun con la entrada de firmas como British Petroleum, Shell y Exxon Mobil, los precios del combustible, por ejemplo, aún se mantienen muy lejos de aquella promesa realizada por la administración peñista desde un ya lejano 2012.

Y justamente, el aumento en el costo de energéticos ha derivado en un férreo descontento social, sectores que denuncian que subir el precio de la gasolina o la energía eléctrica se transforma en un alza sobre los productos de consumo inmediato, así como en elevar las tarifas de transporte público, que en consecuencia impactan directamente en la economía familiar.

Ahora bien, sobre el tema de contratos de producción o utilidad compartida, la misma Pemex se ha visto limitada a participar en diversas licitaciones por no contar con el presupuesto o la infraestructura necesaria para laborar en los campos licitados, aun cuando se suponía que la petrolera mexicana se enriquecería con el capital que ganaría en asociación con las trasnacionales energéticas interesadas en invertir en nuestro país.

Por si fuera poco, y a pesar de las grandes proyecciones que tenía el actual gobierno, la inestabilidad del precio del petróleo a nivel mundial han restado más de lo que han abonado a la credibilidad en que el hidrocarburo sigue siendo una de las mayores fuentes de ingresos para México.

Aun con todo lo anterior, este martes se anunció que en la primera licitación de la Ronda 3, de la reforma energética, la Comisión Nacional de Hidrocarburos declaró ganadoras a las compañías Repsol y Premier Oil en la región de la cuenca de Burgos, resultado por demás desolador, considerando que diez de 14 bloques fueron declarados desiertos.

Esta situación es paralela a los últimos meses del mandato peñista, es decir, meses desérticos y con incertidumbre de no saber si los frutos de la reforma energética llegarán algún día, al igual que un tardío, pero «seguro», reconocimiento para aquellos «PRI-nosaurios» que la instrumentaron y la aplicaron.

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