Mientras algunos mandatarios mundiales continúan apostando por la separación y el cierre de fronteras, el más reciente avance tecnológico contó con el apoyo de 18 naciones y más de 200 científicos convencidos de trabajar en conjunto para alcanzar un fin.
Las imágenes del agujero negro supermasivo captado por el proyecto Event Horizon Telescope, no solo significaron las primeras en su tipo, también un modelo de trabajo único, entre 58 de las instituciones educativas más importantes del planeta.
Sin embargo, lejos de la cultura y la ciencia, la política sigue apostando por una dinámica separatista, donde lo económico y lo comercial dominan el terreno; un espacio donde la discriminación y el odio siempre tendrán cabida.
La crisis político-social de Venezuela, el Brexit, la guerra comercial entre China y EUA, los conflictos bélicos en Oriente Medio y el muro del presidente Donald Trump —por mencionar solo algunos―, son apenas un puñado en la larga lista de ejemplos que todavía dominan el mundo.
Por eso emociona ver las primeras imágenes reales de un agujero negro, quizá tanto como ver que científicos e investigadores de todo el mundo fueron capaces de jugar en el mismo equipo, uno sin barreras, ni cumbres, salvo el propio límite del entendimiento humano.
Si algo deja el proyecto Event Horizon Telescope, debería ser no una imagen similar a una película de ficción, sino las bases del trabajo en equipo, las escaleras para brincar muros y un lenguaje universal que todos deberíamos aprehender.
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