René Juárez Cisneros renunció a la presidencia del PRI, dejando a Claudia Ruiz Massieu como la nueva dirigente.
Cisneros comentó que la derrota del PRI se debió a que la sociedad ha perdido la confianza en el partido, por lo que ha llegado el tiempo de adaptarse al nuevo México.
Luego de dos meses al frente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el día de hoy René Juárez Cisneros anunció su renuncia como presidente del partido, dejando el cargo a Claudia Ruiz Massieu. Asimismo se nombró a Rubén Moreira Valdez como el funcionario a cargo de la Secretaría General de este instituto político.
Tras su nombramiento, Massieu aseguró que seguirá los pasos del exdirigente y conducirá el partido con responsabilidad, por lo que llamó a los militantes a trabajar con democracia y legalidad para renovar el instituto. Además, durante el evento aprovechó para anunciar la creación de una Comisión Nacional «que impulse la gran reforma del partido, una reforma cimentada en la unidad», aseguró.
No obstante, la ahora presidenta dijo estar consciente que su llegada no se da en las mejores condiciones, pues comenta que el PRI está pasando por «el momento más complejo encarado en nuestra historia reciente como organización política», aunque declaró estar segura que volverán a recobrar la confianza de los ciudadanos.
«Tengo la certeza de que desde la unidad, y a partir de la democracia interna, con nuestra militancia al centro, lograremos replantearnos, reinventarnos y renovarnos, a fin de refrendar al PRI como un partido grande, el partido popular que conquiste nuevamente la confianza mayoritaria ciudadana, para seguir sirviendo a México», puntualizó.
En su discurso, René Juárez Cisneros agradeció a todo el partido su respaldo durante los dos meses que estuvo a cargo de éste, pero dejó en claro que durante los últimos años el PRI ha perdido la confianza de la gente.
«El pasado primero de julio el pueblo de México votó, y decidió alejarnos de manera contundente el respaldo de las urnas. Esta derrota, sumada a las dos de los años 2000 y 2006 nos obliga a preguntarnos cuál es el futuro de nuestro partido; ¿por qué hemos llegado hasta aquí, qué hicimos y qué no hicimos?», dijo.

Es por ello que lanzó la pregunta al aire «¿Cómo vamos a devolver el poder al partido?, ¿Cómo construir un partido para luchar por el poder para servir a la gente, y no un partido para servir al poder?». Es por ello que recomendó aprender de las grandes lecciones, pues «cuando nos cerramos no entendimos los cambios de la sociedad; la sociedad se abrió y nosotros nos cerramos; hoy nos abrimos a destiempo».
Más aún, pues el antes presidente del PRI confesó que a pesar del tiempo que el partido estuvo en el poder, «han pasado 72 años y sólo hemos adecuado cosméticamente nuestro partido. Pareciera que no leímos bien el 68, el 88, el 97, el 2000 ni el 2006, y como partido perdimos la gran oportunidad en el 2001; hoy tenemos que preguntarnos ‘¿Nos cambiaron porque no cambiamos?, y ¿cuál es la transformación real y profunda que requiere nuestro partido?’».
Al invitar a los priistas a entender la lección de la elección, afirmó que «para regresar al poder, debemos de aprender de la derrota; la militancia debe expresarse, el camino real será la nueva etapa del Partido Revolucionario Institucional».
Por último, sentenció que «la transformación futura del PRI debe ser del tamaño de la derrota actual (pues) quiero un PRI alejado de la soberbia y del burocratismo, quiero un PRI que enarbole banderas sociales, que se ponga al frente de las causas populares, que luche por la igualdad, los derechos humanos, la libertad y la atención a los grupos más desprotegidos. Quiero un PRI democrático donde sus dirigentes y candidatos se elijan democráticamente; quiero un PRI que interprete y entienda la nueva realidad social, porque México a partir del primero de julio es otro, y tenemos con humildad que aprender a conocerlo», concluyó René Juárez Cisneros antes de entregar su renuncia.
Por: Israel Yerena
HOY NOVEDADES/MI MÉXICO