A cincuenta años de la firma del Tratado de Tlatelolco en el cuan todos los países latinoamericanos y del Caribe acordaron no contar con armas nucleares, desde la Guerra Fría, época en que la Unión Soviética y Rusia luchaban por hegemonía armamentista, sociológica y cultural mundial.
Por ello, el 14 de febrero de 1967 todos los países al sur de Estados Unidos firmaron el acuerdo, en el cual todos se pusieron de acuerdo en no tener en ninguno de los países resguardaría armas nucleares. Hoy, 50 años después el tratado es más actual que nunca.
Y es que desde que tomó Trump el poder en la Casa Blanca, el cierre que le ha impuesto a varios países latinoamericanos como México y Argentina ha causado revuelo entre los países ubicados al sur de Estados Unidos.
Es entonces que durante la reunión sesión de la Conferencia General del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL) en su edición 25, El Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, se refirió a este hecho.
«Hoy la región tiene una gran oportunidad frente a sí, para erigirse nuevamente como una región de voluntad y oportunidad y liderazgo en la promoción de la paz, en la promoción de un mundo abierto, de una sociedad que alienta la integración del mundo, que está en contra de las barreras, que cree en la globalidad, que cree en la libertad, incluyendo la libertad de comercio, que cree en la promoción de un mundo sostenible con desarrollo equitativo para todos».
A pesar de que el acuerdo fue orquestado por el vecino norteño de México luego de la crisis de misiles años atrás suscitada en Cuba, muestra un preámbulo para organizar a todos los países latinoamericanos y caribeños para mejorar sus relaciones en materia de comercio, político y de desarrollo social.
América Latina y el Caribe cuentan con gran población, la tercera a nivel mundial, además de un gran territorio en donde existe una gran biodiversidad, lo cual sería benéfico para producir alimentos y diversos productos que podrían ser exportados a todo el mundo.
Económicamente, si se hiciera un acuerdo comercial entre todas las naciones como el antinuclear de Tlatelolco, sería una de las ocho más fuertes del mundo, al exportar productos, producidos en la zona, tales como petróleo, maíz, entre otros consumibles.
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