Así es señores, pareciera que fue ayer cuando el ahora (¿pero por cuánto tiempo?) presidente Donald Trump tomó el mandato de los Estados Unidos; pero no, pues ya han pasado 200 días desde que llegó a la Casa Blanca y podría decirse que ha hecho y deshecho a su antojo.
Y si bien en un principio pareciera que fue un chiste su postulación, lo gracioso en ese entonces era pensar quién en su sano juicio votaría por un hombre que más que futuro presidente parecía un niño mimado forjado por el verde de millones de dólares. Pero así fue, y poco a poco el tornado de cabello rojizo fue ascendiendo hasta superar a Hillary Clinton y colocarse como el vencedor en las elecciones.
Lo increíble es que su llegada al poder pareció no agradarle no sólo a aquellos países sobre los que descargó su ira durante toda su campaña, sino que pareciese que el descontento principal venía desde los norteamericanos, pues si bien la mayoría votó por él, los que así no lo hicieron mostraron su descontento en seguida haciendo valer su libertad de expresión mediante marchas que gritaban a todo pulmón su rechazo hacía el ahora presidente.
Y no es para menos, pues ya sea en apoyo de los migrantes o no, seguramente gran parte de los estadounidenses detractores de Trump ya veía venir el riesgo en el que la economía y la situación social del país afrentarían con Donald al frente de este. Sin embargo, ahora, a 200 días de su mandato, todo indica que ya ni siquiera sus partidarios están contentos con la elección que hicieron.
Esto lo demuestra una reciente encuesta realizada por la Universidad de Quinnipiac, cuyos resultados arrojan que la popularidad de Trump se encuentra en un 33%; aunque también se dice que lo verdaderamente preocupante es que el índice de aprobación entre los blancos de baja formación en tan sólo un mes decreció del 53% al 43%.
Cabe resaltar que este segmento de la población fue prácticamente quiénes le dieron la victoria al pelirrojo, aunque parece que hoy en día son estos mismos los que más se lamentan de su voto pues, seguramente si se les preguntara “¿Si hoy fueran las elecciones presidenciales, por quién votaría?, lo más seguro es que responderían que por cualquiera, menos Trump.
Asimismo, la red social Twitter se convirtió y sigue siendo la principal arma de Donald Trump antes y durante su presidencia (lo cual es curioso para que alguien que habla mucho sólo tenga 140 caracteres para expresarse), pues podría decirse que la mayor parte de su campaña presidencial se dio en la red del pajarito azul.
Sin embargo, de acuerdo a un estudio realizado por la empresa Twitter Audit, si bien Trump cuenta con 35. 3 millones de followers, una herramienta de verificación ha detectado que el 38% de estos son bots, es decir, cuentas falsas.
Apenas han transcurrido 200 días de la era Trump y no sólo la confianza en él ha caído, sino que su mismo equipo poco a poco se va desintegrando con renuncias cada vez más contantes, pero al parecer, todo indica que el único que no se da cuenta de los errores que Trump comete, es el mismo Trump.
Israel Yerena
HOY NOVEDADES/EN BOGA