TRUMP NO CONSULTA SUS PENSAMIENTOS CON LA ALMOHADA, LO HACE CON TWITTER

Nadie imaginó en el 2006 que el incipiente servicio de microblogging llamado Twitter, sería un éxito y, que 21 años más tarde, el presidente de los Estados Unidos se manifestaría continuamente por mensajes en esta red a lo largo del día. Ni tampoco en ese lejano año, alguien pensaba que el magnate Donald Trump sería ese mandatario norteamericano en 2017. Sólo la mente de Matt Groening por ahí del año 2000 pudo ver a Trump en la Casa Blanca en un futuro. De Twitter no sabemos si sus fundadores en San Francisco, vislumbraban un escenario remotamente cercano sobre su reciente invento.

Pues ambos sucesos son factibles ahora: Twitter es un hito y Trump está al mando del país más poderoso del mundo. Y sí, es uno de los personajes más activos en eta red social, y 140 caracteres le bastan para hacer gala de su cinismo, prepotencia y arrogancia. Una de las muestras más recientes fue el tuit que publicó sobre su terca idea de que será nuestro país quien pague el muro en la frontera.

Al iracundo y visceral presidente estadounidense le «hierve la sangre» porque el Partido Demócrata no está dispuesto a cumplir un capricho más, por lo cual se ha visto renuente a trabajar en conjunto para liberar fondos y así iniciar la construcción del muro.

Pero a Mister President esto le viene guango. Mantiene la firme creencia de que México, tarde o temprano, pagará por la edificación fronteriza. Él pretende iniciar los trabajos y sobre la marcha encontrar la forma de cobrarnos lo que se gasté en colado y mano de obra. El fiscal general de ese país, Jeff Sessions, lució un poco –sólo un poco– menos petulante que Trump, y externó que el muro es un hecho, lo que aún no definen es cómo se le pasará la factura al gobierno mexicano; algún tipo de acuerdo comercial con el cual generar los recursos que se necesitan.

Acá nos ponemos a pensar en que si nuestros políticos quieren también pueden ponerse en un plan más enérgico. Porque el mercado mexicano representa uno de los principales para empresas gringas como Mc Donalds y Coca Cola, a las cuales se les podría empezar a cobrar algún tipo de impuesto adicional y, der esta manera, no permitirles enriquecerse  tan fácilmente en territorio azteca. Digo, si ellos se ponen a «tirar Barbie» por qué nosotros no.

Pocos son los entusiastas –por no decir ilusos– que aún creen que el muro puede sólo estar en la mente infantil de Trump. Pero la situación real dicta otra cosa: ese muro –repetido hasta el hartazgo, tanto que ya es famoso sin existir del todo– va a construirse. Ya hay varias empresas interesadas en él y la voluntad gabacha sigue latente. Si bien mucha población norteamericana lo rechaza, el que influye para tomar las decisiones sigue con su necia idea.

El presidente estadounidense es el reflejo de la cultura de la inmediatez que prevalece en la actualidad. Por algo Twitter es su bandera al gobernar. Por algo parece que todas sus decisiones las toma con su primer impulso sin usar el cerebro. Por algo ostenta el cargo que tiene, porque una parte de la sociedad norteamericana es como él. Por algo pronto veremos una barda en la frontera que nos recordará lo insensato y peligroso que puede resultar el hombre como especie.

 

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