Desafortunadas fueron las palabras que usó Donald Trump para referirse a los inmigrantes indocumentados que pertenecen a alguna pandilla criminal, en especial a la MS-13 (Mara Salvatrucha), a quienes calificó de «animales». El mandatario aseguró que nos «son personas» y fue tajante al sostener que son un peligro para la seguridad de su país.
Trump y el recalcitrante racismo no embonan en estos tiempos - FOTO: GETTY IMAGES

Para Donald Trump hay personas que no merecen este adjetivo por el simple hecho de haber nacido en oro país, por haberse equivocado en el camino y por no haber tenido la posibilidad de salir adelante en su nación.

Desafortunadas fueron las palabras que usó Donald Trump para referirse a los inmigrantes indocumentados que pertenecen a alguna pandilla criminal, en especial a la MS-13 (Mara Salvatrucha), a quienes calificó de «animales». El mandatario aseguró que nos «son personas» y fue tajante al sostener que son un peligro para la seguridad de su país.

Si esto parece deleznable, el intento de defensa/justificación de Sarah Huckabee Sanders, vocera de la Casa Blanca, lo superó de forma sorpresiva. La funcionaria externó que no piensa que «el término que usó el presidente sea suficientemente fuerte». Ni más ni menos. Y añadió que no tiene inconveniente «si los medios y los liberales desean defender al MS-13».

En su discurso, la vocera reforzó el discurso con tintes racistas de Trump y, de paso, dio a entender que no comprende (pero respeta) la indignación mostrada por los medios de comunicación ante este hecho. Además, le lanzó un dardo (como lo hizo el presidente) al partido demócrata, quien apoya la legislación de ciudades y estados santuarios.

Al parecer hay gente que vive en el siglo XXI pero piensa como si estuviera en otra época. Para todos es sabido que Trump cree que hay personas superiores y ciudadanos de primer y segundo nivel. America first and only America first, soltó el presidente en su discurso inicial y lo está demostrando.

Trump no quiere a los inmigrantes y menos si estos, por la razón que sea, tienen como forma de vida la ilegalidad, si forman parte de una pandilla. Para el presidente no son más que seres no pensantes, que actúan por instinto. Los desprecia y los hace menos, cree que el territorio estadounidense se mancha cada que algún mexicano o salvadoreño pisa ese suelo.

Pero en lo que va de su administración, Trump ha mostrado nula claridad para buscar soluciones a las situaciones que se viven en un mundo como el actual. Ahí está el ejemplo de cómo quiere evitar los tiroteos en las escuelas: armando a los profesores. Para qué trabajar en una regulación de armas más estricta y coherente si se puede tener esta brillante idea; para qué implementar programas educativos y de prevención para los alumnos si fabricando más balas se terminarán este tipo de incidentes.

Al final parece que tratar de animales a los demás es lo más normal que se puede esperar de un personaje con tan cuestionables razonamientos. ¿En verdad los estadounidenses que votaron por Trump estuvieron conscientes el día de las elecciones?

Con todo esto y el historial de barbaridades que arrastra, hay gente que propone a Trump para el Nobel de la paz. Así las cosas en este mundo que en ocasiones en vez de evolucionar, involuciona.

 

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