El TSJCDMX interviene las comunicaciones entre los imputados y sus defensores
El TSJCDMX interviene las comunicaciones entre los imputados y sus defensores

Una silla rota desencadenó declaraciones del juez Rodríguez Beiza al denunciar irregularidades del MP y del Tribunal Superior de Justicia.

En la Audiencia inicial del juez Rodríguez Beiza, conocido por romper una silla ejecutiva, surgieron denuncias contra el Ministerio Público y el mismo Tribunal.

El artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, diversos tratados internacionales y el Código Nacional de Procedimientos Penales, prevén que las comunicaciones y entrevistas entre los imputados con sus defensores deben ser privadas y no pueden ser sujetas a ninguna injerencia, algunas normas mencionan que cuando por cuestiones de seguridad deba existir cierta vigilancia, esta será únicamente de manera visual y en ningún caso implicará el audio de la conversación que tengan entre ellos. Por su parte, el artículo 334 del Código Penal para la Ciudad de México prevé como delito la intervención de comunicaciones.

En agosto del presente año, se hizo viral un video en el que se aprecia al entonces Juez 23 de Control del Sistema Procesal Penal Acusatorio, Edgar Agustín Rodríguez Beiza, desgarrando con un objeto punzocortante una silla ejecutiva del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México.

Por lo anterior, en las redes sociales se desató un linchamiento mediático en contra de Rodríguez Beiza, quien, más tarde, fue suspendido de sus funciones para esperar pasivamente su audiencia inicial y determinar cuál sería su sanción por el daño a un inmueble del Tribunal.

Contrario a los desenlaces de los lindos cuentos de hadas según los hermanos Grimm, el final de esta historia es trágico, pues han salido a la luz algunas irregularidades que no solo tienen que ver con la ira desatada de los funcionarios públicos, sino con corrupción, falta de capacidad del Ministerio Público y actos ilícitos del mismo Tribunal Superior de Justicia capitalino.

En la audiencia inicial solicitada por el Ministerio Público @PGJDF_CDMX, se acusó a Rodríguez Beiza por el delito de daño a la propiedad doloso, sin embargo, ambas partes concertaron un acuerdo reparatorio inmediato ―con el que el juez logró la redención con una cantidad de $1,200.00 pesos―, mismo que fue aceptado hasta después de realizar la debida imputación y de escuchar la «incómoda» declaración de Edgar Agustín Rodríguez Beiza.

«Incómoda» porque salieron a la luz diversas anomalías que afectan el actuar pulcro y justo de instituciones, cuyo principal objetivo es velar por la seguridad y la libertad de los ciudadanos.

El primer punto del juez fue cuestionar que en la imputación se le solicite ser un funcionario ejemplar, pues asegura que, como la mayoría de los humanos, el Tribunal y el MP también tienen cola que les pisen.

Con la finalidad de conocer la postura del @TSJCDMX, el equipo de Hoy Novedades @ElNovedadesCom se reunió con la Lic. Socorro Mora Castro, Directora Ejecutiva de Gestión Judicial, quien defendió a capa y espada el actuar del Tribunal, aseverando que desconoce los motivos por los cuales el juez Rodríguez Beiza afirmó que el sistema que administra la unidad, es decir, Gestión Tecnológica, (quien depende directamente del Tribunal) está filtrando información y citamos al juez: «Estas videograbaciones solamente pueden ser accesadas desde el personal de informática y el personal de gestión judicial. Los que están, por ese mismo hecho, directamente involucrados ―y debo ser enfático― en la intervención ilegal de comunicaciones que se celebran entre los imputados y sus defensores en las salas de audiencia; no obstante, el Tribunal debe garantizar que esas conversaciones sean totalmente privadas».

Fragmento de la entrevista a Edgar Agustín Rodríguez Beiza:

La Directora fijó una postura sobre el actuar del Tribunal, quien protege y salvaguarda la integridad de las videograbaciones, así mismo confirmó que no tienen el audio de las conversaciones de los imputados y defensores previo o posterior a la audiencia, situación que nos generó una insatisfacción ante sus declaraciones y citamos: «En la sala no pueden estar escuchando lo que está sucediendo, nosotros procuramos que el juez cuando va, el auxiliar lo acompaña, recoge sus cosas, va lo dirige y lo presenta. Y no es que sea un secreto a voces, porque la verdad el Tribunal se maneja con total transparencia y cuando ingresan a la sala, que son alrededor de cinco o diez minutos, es el traslado del Juez y realmente lo que ellos puedan conversar ahí, pues realmente no tenemos la fidelidad, como para subirle toda la fidelidad y escuchar lo que se dice en audiencia. Nosotros no tenemos micrófonos ambientales que pudieran escuchar hasta el susurro que está en la butacas, nuestros micrófonos están sujetos a la voz, entonces yo sí veo muy complejo, por supuesto que tenemos un sistema que administra la unidad y que ve lo que está pasando en la sala, pero nosotros no tenemos el audio de lo que están conversando las personas hasta que se apertura la audiencia, nosotros no tenemos esa información».

En este sentido, es un hecho que los micrófonos tienen gran alcance y con pruebas al respecto compartimos el video de la audiencia donde el juez Rodríguez Beiza pregunta posterior a la audiencia que lo implicó en el delito de «Daño a la propiedad doloso» si están abiertos los micrófonos, además de que se escucha claramente cuando rasgó el respaldo de la silla:

Por otro lado, nos genera descontento cuando le confirmamos a la Directora Ejecutiva que había un error en su declaración respecto a que los micrófonos están cerrados antes y después de la audiencia, cuando más tarde declaró: «nosotros no administramos las salas, como lo dije, no es un error, porque nosotros no administramos las salas, todo está grabado en tiempo real, por qué, por seguridad, si ustedes vieron todavía estaba sentado el imputado, entonces qué pasaría si yo hubiera cerrado, si el imputado está ahí y de repente agrede al Ministerio Público, al defensor, que todavía no se retiraban, yo no tendría una evidencia de lo que pasó, la gente de tecnologías, evidentemente, no cierra hasta que la gente sale de la sala…»

Por fin los micrófonos está abiertos únicamente en la audiencia o no. Entre palabras que nos reflejan que la postura del Tribunal es tajante, ellos tienen mucho trabajo como para andar filtrando información, solo tienen seis personas realizando esta operación y desconocen cómo es que se filtra la información.

Acaso podemos confiar en un sistema que nos zarandea la mente con declaraciones encontradas, o es que entonces el juez Rodríguez Beiza tiene razón en estar molesto y haber expuesto que el actuar del Tribunal de forma ilegal deja mucho que desear, pues es una institución que tiene la obligación de mantener con alto grado de discreción las audiencias en las que menores de edad están involucrados, como la que se llevaba a cabo en el momento en que grabaron la situación desafortunada en que la ira se convirtió en un objeto punzocortante que desgarró una silla.

A pesar de esa discreción que debe tomar el personal del Tribunal, las imágenes de dicha audiencia fueron divulgadas en la red, convirtiéndose en videos públicos, lo que podría interpretarse como un acto ilícito por parte de quienes tienen acceso a ese material gráfico.

Esa misma situación nos hace cuestionar si realmente esta institución protege el derecho de los imputados y sus defensores a comunicarse de forma privada, pues en las imágenes difundidas se alcanza a observar al imputado de esa audiencia. De ser así, la privacidad dentro de estos organismos, es un mito legal que puede ser pisoteado en función de beneficios personales: Divulgar un video de un juez que no me cae bien por chivato y hacerlo viral.

Por los hechos antes citados, es una lástima que nos hayamos quedado con un muy mal sabor de boca ante la respuesta del Tribunal, pues consideramos que queda en tela de juicio la explicación ante la intervención de comunicaciones entre imputados y defensores así como la declaración del juez Rodríguez Beiza que enfatiza su molestia ante el derecho a la privacidad y la discreción de imputados, víctimas, defensores y demás en las audiencias orales.

Es extraño pensar que quienes tienen en sus manos el poder de la justicia, estén inmersos en un microuniverso similar a los primeros años de educación básica, en los que las maestras o maestros tienen que poner orden cuando las dos banditas contrarias del salón se enfrentan por una cascarita de fútbol; algo similar a enfermeras y doctores compitiendo en una operación a corazón abierto; se olvidan de que el trabajo en conjunto es necesario para que ese corazón vuelva a latir y sean sentenciados los crímenes para que todas las víctimas tengan acceso a la justicia.

HOY NOVEDADES/MI MÉXICO