Una vez terminada la pandemia, México aún enfrentará múltiples crisis que amenazan la vida de sus pobladores.

Una vez terminada la pandemia, México aún enfrentará múltiples crisis que amenazan la vida de sus pobladores. 

En país gobernado por la impunidad, criminalidad y violencia es difícil creer que sea el coronavirus quien termine por cobrar la vida de miles de mexicanos, quienes posiblemente caerán antes a manos de los verdugos que, por años, se han llenada las manos de sangre, muchas veces inocente. 

Hablar de una crisis de salud en el país es una realidad cada vez más palpable, sin embargo, y por desgracia, no llegará sola, pues junto a ella se prevé una de las recesiones económicas más importantes para el mundo entero, algo que desde luego, México no logrará librar. 

Con un gobierno fuerte y estable quizá podríamos librar ambas crisis, empero, la 4T enfrenta todos los días un deterioro de credibilidad, ataques de sus «opositores» y contradicciones de sus propios militantes, que están menguando de manera importante en la opinión popular que de ellos se tiene. 

Peor aún, el líder nacional del país está enfrascado en un discurso que parece alejarse de los problemas reales del país y más allegado a los intereses particulares de su «proyecto de nación», algo que no está pasando desapercibido por la sociedad que exige respuestas a todos los males de la nación, no solo aquellos que prefiguran en la agenda de López Obrador. 

El petróleo y la deuda externa, si es que ésta llega a incrementarse, son otros de los problemas que México deberá enfrentar cuando se pase la pandemia del coronavirus; además de, como ya dijimos, esos males que han permeado por décadas en el país, la violencia (en todas sus versiones), la falta de empleo, el trabajo informal, la corrupción, impunidad y un largo etcétera. Habrá que esperar para descubrir cuál será la crisis que termine con los mexicanos. 

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