«Es un orgullo para mí competir con muchos artistas y me hace feliz que a la gente le guste lo que hago».
«Sí, ha sido muy complicado, pero he llegado a un punto donde siempre soñé y voy para adelante».
Recientemente, la pintora mexicana Vanessa Velib inauguró en el Spectrum Miami Art Fair, su exposición temporal Vanessa Velib. 1994. ―del 5 al 11 de diciembre―, por lo que Hoy Novedades tuvo el placer de entrevistarla para conocer sobre su creación estética, sus inicios, sus inspiraciones y los sueños que aún le faltan por cumplir.
Vanessa Velib nació en el estado de Querétaro; sin embargo, desde muy pequeña emigró a Estados Unidos, lugar que vio nacer los primeros lienzos que augurarían el futuro de una artista mexicana, quien encontró en la pintura abstracta, la forma idónea para expresar sus sentimientos.
Con la inquietud de cualquier niña a los tres años, Vanessa tomó las herramientas de su padre, trabajador de la construcción, para explorar nuevos juegos; con pinceles, brochas y madera, intentó satisfacer la curiosidad de cualquier pequeña e innovar en sus juegos pueriles. Algo en ella era diferente y junto a sus padres comenzó a descubrirlo.
Ya para los 15 años, su gusto, interés y su forma de pintar parecían las de alguien educado en escuelas de pintura, aunque nunca tomó clases y no existiera nexo familiar alguno con el arte.
En el comienzo de su carrera como pintora, buscó el acercamiento con la naturaleza, sus lienzos fueron entonces ocupados por montañas y mares, árboles y animales; empero, pronto quedaron atrás para dar paso a la experimentación. «El abstracto me permitía hacer más, no es algo tan cerrado, yo me podía expresar más en un abstracto que copiar un paisaje o un animal».
Gracias al arte no figurativo «puedo comunicar mis sentimientos, nunca he sido muy buena para escribir ni para expresar mis sentimientos hablando, entonces, pintando es la mejor manera para expresar mis sentimientos; los colores y las texturas que uso hablan mucho de mí, sobre todo los colores, porque son muy alegres».
Fue entonces este nuevo estilo pictórico lo que le abrió las puertas para presentar su trabajo en ferias y galerías de Miami, Nueva York, Texas, Dallas y Dubai. Sin embargo, de acuerdo con las palabras de la artista, fue la feria de Art Basel en Miami quizá la más importante en su aún corta vida.
«En 2016, lancé un nuevo estilo, contemporáneo, y le gustó mucho a la gente, sinceramente no pensé que fuera a tener ese resultado y la gente quedó muy contenta, les encantó el resultado final y terminaron comprando mucho».
Debido a su cambio de residencia a muy temprana edad, Vanessa Velib aún no ha logrado presentar sus pinturas en México, siendo quizá este el sueño a futuro que más anhela. A pesar de ello y pese lo complicado que representa dedicarse por completo a la creación de arte, logró consolidar su sueño a base de esfuerzo, trabajo, dedicación y con el siempre presente apoyo familiar. Por si fuera poco, enfrentarse con artistas de todo el mundo y lograr consolidarse, representaron un reto importante para su carrera artística.
«Sí, ha sido muy complicado, pero he llegado a un punto donde siempre soñé y voy para adelante».
Como artista y pintora mexicana no pudo dejar a un lado la influencia y admiración por el muralista Diego Rivera, pues fue a través de sus pinturas que Vanessa Velib intentó consolidar su estilo: «Cuando empezaba a pintar, Diego fue una de mis grandes inspiraciones, al principio trataba de copiar su pintura, pero cambiándole un poco los colores».
Sin embargo, como admiradora del arte y creadora del mismo ha establecido una fascinación por su obra misma, sus pinturas ―muchas de ellas vendidas y alabadas por el público― han logrado ejercer en ella un orgullo y, al mismo tiempo, le han otorgado la felicidad de saber que a la gente le gusta lo que hace; empero, como toda creadora de arte, existen cuadros de los cuales jamás pudo desprenderse, por el amor que les tiene.
«Es un orgullo para mí competir con muchos artistas y me hace feliz que a la gente le guste lo que hago».
Lo siguiente en la lista de metas para Vanessa es México, espera que el próximo año pueda presentar su trabajo en el territorio nacional, antes de emprender la aventura por el viejo continente y estudiar en Europa, aunque se dice insegura del lugar para tomar clases, espera consolidar esos sueños a futuro cercano.
«Para pintar un cuadro no necesito meditar ni nada de eso, peso sí necesito demasiada concentración, estar sola completamente y pasar mucho tiempo pintando. No soy una persona que pueda pintar rápido, así no me salen las cosas, a veces tardo hasta un mes en terminar un cuadro, entonces lo borro y empiezo de cero».
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