La victoria de Lydia Cacho al ver girada una orden de aprehensión contra sus agresores, es una victoria para el periodismo mexicano en general. La justicia en nuestro país finalmente reconoció la argumentación y la carencia en las garantías al respeto de los derechos humanos de quienes nos encargamos de entregar información a la población.
Tuvieron que pasar 14 años para que un tribunal federal girara una orden de aprehensión en contra de un empresario y un exgobernador que, en pleno uso de sus funciones, aprovechó su capacidad para violentar la pluma y la voz de una de las periodistas más justas de nuestro país.
Hace tan solo unos meses Hoy Novedades dio cobertura oportuna al anuncio que hizo Artículo 19 en torno al proceso legal que llevaba este caso, en aquel entonces se informó que la Corte había fallado en favor de Lydia y que próximamente se resolvería esto que ahora conocemos.
Es momento de que los periodistas aprendan y que la justicia entienda que los atropellos cometidos contra Cacho no se deben repetir bajo ninguna circunstancia y que los políticos deben de dejar de verse como entes con capacidad de manipular todo lo que deseen y a favor de quien quieran.
Que Los demonios del edén sirvan para hacer ver a los gobernantes que el ejercicio del poder mediante la violencia y la agresión sexual no debe tolerarse.
La falta de pericia del presidente Andrés Manuel López Obrador dejó ver, en su conferencia matutina del pasado lunes 15 de abril, que el poder persigue a aquellos que cuestionan y que buscan hasta por debajo de las piedras la información que es de interés público. Si eso incomoda entonces se debe repensar la forma de hacer política.
Si el presidente busca solo preguntas a modo en sus conferencias matutinas, que deje de hacer perder el tiempo a los colegas de fuentes formales que acuden con el afán de interrogar y que pocas veces son señalados para que se les de la palabra.
Las conferencias matutinas también han sido usadas para señalar y reclamar a diarios que cuestionan. Si AMLO da la palabra al reportero de Reforma es porque llamará al diario fifí, y al reportero mentiroso. Que entienda que nuestra labor es informar y si incomodamos, que mire hacia atrás y enderece el camino, solo así no estaremos detrás de él.
HOY NOVEDADES/EDITORIAL