Después del ataque con misiles que la fuerza aérea de Estados Unidos lanzó contra una base aérea siria el pasado 6 de abril, en represalia a un ataque químico del que se responsabilizó al régimen de Al Asad, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, aseguró que para su nación la única vía pacífica para que cese la guerra que devasta al país de medio oriente es que el presidente sirio renuncie a su cargo.

Opinión que compartieron los ministros de Relaciones Exteriores del G7, quienes consideraron que no existe otra solución para Siria mientras el presidente en turno se mantenga en el poder, así lo declaró Jean Marc Ayrault,  jefe de la diplomacia francesa.

Lo anterior debido a que los jefes de la diplomacia de los países miembros del G7 se reunieron el pasado lunes y martes en la ciudad italiana de Luca, con la finalidad de abordar el tema del conflicto sirio.

El funcionario norteamericano expuso que Estados Unidos continuará evaluando sus opciones estratégicas y las oportunidades de disminuir la violencia en Siria, a lo que su compatriota, el secretario de Defensa, James Mattis aseguró que no existen dudas de que el gobierno de Al Assad es responsable del ataque químico efectuado la semana pasada.

Si bien es completamente descalificable la acción del presidente sirio al ordenar el ataque con armas químicas a una zona rebelde, la acción de Estados Unidos tampoco puede tomarse como una solución al conflicto armado en Siria,  por lógica la violencia no se combate con más ataques.

Sin embargo, quizá los intereses norteamericanos no sean buscar el cese de la guerra en siria, sino más bien podrían estar enfocados al dominio de medio oriente que los gringos han buscado desde hace ya varios años, y uno de sus principales rivales en ese tópico es Rusia, país que el gobierno estadounidense acusó de haber encubierto el ataque químico.

El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer reveló que la evidencia encontrada demuestra que por lo menos uno de los químicos empleados en el ataque en la comunidad de Khan Sheikhoun,  fue gas sarín, y sentenció que ni siquiera Hitler utilizó armas químicas en la Segunda Guerra Mundial, reprochando el ataque que a la zona rebelde siria, pero defendiendo el bombardeo que efectuó el gobierno de Donald Trump.

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