Tras un par de días en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador, dirigente del Partido Morena, experredista y expriista, se encuentra del otro lado para «negociar» con el mandatario estadounidense Donald Trump, sobre el muro y su relación con México.
Pero ¿qué hace en tierras estadounidenses?, con guardaespaldas y carros nada «sencillos». ¿Morena tiene para pagarle dichos lujos?, o ¿quién le está financiando ese viajecito? ¿Cuál es su verdadero fin? AMLO ha insistido en que dicho viaje no deriva de su de nueva postulación a la presidencia de la República en 2018, supuestamente, lo único que busca es solidarizarse con sus paisanos migrantes, cosa que con sus acciones deja mucho que analizar y desear.
Lo anterior, debido a que, después de un mitin realizado en NY, Antonio Tizapa, uno de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, se acercó a la camioneta en la que se transportaba López Obrador para preguntarle sobre su relación con el exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre y con el exacalde de Iguala, José Luis Abarca. A éstos dichos, AMLO le respondió que era un «provocador», pidiéndole que fuera a reclamar «al Ejército, a Peña, no a mí», gritándole de igual manera, más de una vez «cállate».
Andrés Manuel no ha dicho nada al respecto, sin embargo, el padre del normalista desaparecido comunicó: «Yo no sé si le falté al respeto con esas preguntas y creo que no hay cabida para que me trate como provocador», ya que antes de que el mitin comenzara, el representante de AMLO lo contacto para dialogar; sin embargo, lo rechazó debido a que «no soy un político».
¿Dónde queda su objetivo de ayudar a sus paisanos?, si en la primera que se acercan a él los rechaza por realizarle «preguntas incómodas», que no está dispuesto a contestar, ya que, como siempre, sus berrinches y desmanes terminan por resaltar en todas sus acciones.
¿A quién realmente quiere ayudar con llegar a la presidencia?, si cuando estaba en el gobierno de la capital se apoderó del PRD, expulsó y marginó a quienes «estorbaban»; además de que, en diferentes ocasiones, ha demostrado tener un profundo desprecio por los ministros de la Corte, banqueros o empresarios a quienes ha llamado «parásitos».
De igual manera, ha mostrado su desprecio a la ley, queda claramente ejemplificado con el famoso caso de «El Encino» en el que desobedeció una orden judicial; así también como su práctica de impunidad, la cual ha ejercido en reiteradas ocasiones, una de ellas el caso del «señor de las ligas» y de su jugador secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, quien hizo grandes traspasos en dólares a bancos norteamericanos sin que el gobierno de López Obrador lo sancionara.
Andrés Manuel se ha salido, de nueva cuenta y para variar, del guión pretendiendo ganar el 2018, enardeciendo a las multitudes, tratando de «defender a México» con su demanda hacia Donald Trump ante la ONU por el «polémico» muro y el tema migratorio, cuando al siguiente día busca un acuerdo con el mismo mandatario, detonando, con lo anterior, lo desesperado que está por tener votos en la bolsa, ya que con sus acciones notamos su publicidad política.
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