Los negocios también se suben a la tribuna

Por Pedro Martín García Silva

Hoy el mundo empresarial debe observar y acatar una legislación jurídica/política precisa, que la haga funcionar bajo ciertas cláusulas, sin problemas, con control y beneficios. Un proyecto de ley o una decisión política, por ejemplo, puede hacer que las expectativas o el PIB decaiga; trastocar el balance final y aumente el déficit público sobre el mismo. Cuando hay inestabilidad o incertidumbre política (riesgo político), muchas empresas reducen facturación, producción y nóminas; se vuelven menos competitivas y los clientes bajan sus consumos.

De ahí que todo negocio, empresa, corporativo y grandes firmas, se obligan a no solo estar al tanto de lo que acaece en las Cámaras, también con estrategia deben sumarse como líderes políticos empresariales a cualquier agenda parlamentaria, participar activamente en causas honorables y aportar valor dentro y fuera del contexto, con una visión apegada a los valores y principios de la compañía, siempre comprometidos con su mercado. No solo es para cumplir estatutos, sino también como auténticos actores políticos; debatir sobre temas neurálgicos: comercio internacional,  política energética, educativa, salud, medio ambiente, economía, emergencia climática, tendencias globales, energías renovables que se traducen en responsabilidad social. Actualmente son muchas las grandes firmas que declaran abiertamente su compromiso con la sustentabilidad ambiental o llevan a cabo esta parte política sin fines de lucro, pero que al final reflejan una industria comprometida con sus valores. Fortalecer con esto los intereses de la sociedad. Activismo político corporativo que muestra a un conglomerado fuerte, sólido, consistente con su reputación y preocupado por lo que sucede más allá de las finanzas, de la oferta y la demanda.

Será visto, incluso, como un socio de negocios más confiable, que no únicamente aporta en la economía del país o es una fuente de empleos, sino que participa en las decisiones públicas y gubernamentales de uno o varios sectores.  Negocios y política, entonces, no son entes aislados o alejados, sino que van de la mano por la trascendencia que ostenta cada gremio,  conviven de manera activa, es inevitable su trabajo en beneficio de un país en constante crecimiento.

Hombres de negocios

Hoy en día el éxito de cualquier firma es multifactorial; productos, servicios, clientes, estrategias de mercado, atención al cliente y política. Integrar de modo inteligente este último sector, participar, debatir, colaborar de manera transparente, proponer soluciones desde lo alto de cualquier tribuna e incluso influir en una decisión gubernamental; exponer, argumentar, convencer y fusionar voluntades políticas o acercar jugadores, aliados en pro de un objetivo corporativo. Es la tendencia de negocios, participar en temas políticos, con ética empresarial,  sin fines de lucro, pero que al final del día genera rentabilidad. Atrás, muy atrás quedaron los tiempos en que ambos contextos incluso se miraban como rivales o surgían conflictos de intereses. Sumar para multiplicar es la noble intención de incluir a la política en la firma.