Por: Christian Pérez

Reseñé en mi columna del 29 de mayo el inicio de la relación entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal. En esta entrega detallaré otro momento relevante de esa relación y que pone en evidencia la lealtad y compromiso de Ricardo para con Andrés.

Ese nuevo momento se inscribe en el contexto de la crisis política entre la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática y AMLO. Andrés Manuel fundó ese Partido, lo presidió y fue su candidato a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal en el 2000, y a la Presidencia de la República en 2006. A la par que eso ocurría,  las disputas al interior por su control se recrudecían a tal punto que en 2008 el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) intervino en su vida interna para la designación de su dirigencia nacional.

Un año después, el grupo político que se hizo con el control de ese partido gracias al TEPJF, buscó a toda costa obstaculizar el accionar de López Obrador. Por esa razón el Partido del Trabajo (PT) decidió respaldar a AMLO. Por ello, el PRD intentó, entre otras cosas, desaparecer el Grupo Parlamentario del PT en el Senado de la República, solicitando a sus senadores que renunciaran a dicho Grupo y volvieran a las filas del PRD, dejando así sin el número de Senadores requeridos al PT para poder seguir siendo Grupo Parlamentario.

AMLO dialogó con diversas senadoras y senadores del PRD para pedirles que renunciaran a ese Grupo Parlamentario y se fueran al PT, para que ese Grupo Parlamentario siguiera existiendo. La respuesta, no en uno, sino en varios casos, fue negativa. Varias legisladoras y legisladores temían que si renunciaban al PRD perderían acceso a recursos y a posibilidades para ser buscar candidaturas a Gubernaturas en sus entidades federativas.

Lo consideraban una mejor plataforma que el PT para la consecución de sus objetivos político-electorales individuales, sin importar si su escaño lo hubieren obtenido en buena medida gracias a la popularidad y el arrastre en las urnas de la figura de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones federales de 2006.

El hoy Presidente de la República levantó el teléfono y llamó al Senador Ricardo Monreal Ávila. Le explicó la situación y le pidió su apoyo para que renunciara al PRD y se sumara al PT. En ese entonces Ricardo Monreal era Vicecoordinador del Grupo Parlamentario del PRD, y su papel era de suma relevancia, pues fungía como contrapeso al grupo predominante de ese partido que justamente buscaba obstaculizar a AMLO a toda costa.

Monreal no dudó en aceptar la propuesta y apoyar a Andrés Manuel López Obrador para fortalecer al PT, plataforma que en aquel momento, como ya mencioné, apoyaba a AMLO. Ricardo redactó y firmó su renuncia al PRD y a su vicecoordinación el mismo día que Andrés se lo pidió, sin poner condicionante alguno, logrando que el PT saliera a flote.

Cabe señalar que en ese Grupo Parlamentario coincidió con otra figura histórica que también se distinguió por su lucha social, su defensa de los derechos humanos y su lealtad a Andrés Manuel López Obrador: Rosario Ibarra de Piedra. Monreal y Rosario encabezaron dignamente un Grupo que, aunque minoritario, destacaba por su defensa y apoyo férreo al principal líder de oposición en México de 2009 a 2012, año en que Ricardo Monreal aceptó una nueva invitación de AMLO: ser su coordinador de campaña para las elecciones presidenciales de 2012, en las que por segunda ocasión fue candidato de la izquierda. Tras esta elección, Andrés Manuel anunció su renuncia al PRD y perfiló la creación de Morena, apuesta a la que Monreal también lo acompañó.