Hace unos días, José Antonio Meade tachó de corrupto a Ricardo Anaya.
Este lunes, el panista Ernesto Cordero anunció que interpondrá una demanda contra el también panista y candidato presidencial, Ricardo Anaya
No cabe duda, señores y señoras, las elecciones presidenciales que tendremos este año con justa razón están siendo catalogadas como unas de las más importantes de nuestra historia. Esto no sólo porque quizá por primera ocasión estaríamos viendo llegar a la izquierda al poder, sino porque desde que iniciaron estos comicios electorales nos hemos encontrado con cosas impensables que más que una competencia esto se está convirtiendo en una completa comedia…que al menos no ya una telenovela, como hace seis años.
Para empezar, no sólo tenemos que amarillos y azules –enemigos de toda la vida y partes totalmente contrarias uno del otro- se han unido en esta ocasión, sino que ahora también se nos quiere presentar a un candidato del PRI como si éste no fuera del PRI; ya que al parecer el tricolor se ha dado cuenta que la gente está harta de ellos pero que, aferrados al poder, dan patadas de ahogado al ver en Meade su último y único salvavidas.
Sin embargo, el asunto resulta más gracioso cuando desde hace 12 y seis años tanto el PAN como el PRD han jugado una guerra sucia en contra de Obrador; es decir, antes lo importante era desacreditar al entonces perredista y ahora moreno con tal de que no llegara a la presidencia. Ahora, ¡cómo han cambiado los tiempos!, pues todo parece indicar que tanto el tricolor como el blanquiazul poco a poco van aceptando su destino y se han dado cuenta que si bien no pueden herir tanto como desean a AMLO, entonces no les queda de otra más que comerse entre ellos, peleándose por quedar lo mejor y más limpios que puedan en el segundo lugar…o quién sabe, tal vez hasta tengan posibilidad de quedar en el primer sitio del podio.
No obstante, es debido a esta mínima pero existente posibilidad de todavía poder quedarse con la presidencia que se ha llevado una encarnizada pelea entre Anaya y Meade.
Todo comenzó cuando el priista catalogó de «vulgar ladrón» a Anaya, pues lo acusó de ser partícipe de una red de lavado de dinero, con la cual se habría financiado su campaña por la carrera a la presidencia. Por supuesto, el panista respondió de una forma por demás interesante, pues dijo que su contrincante:
«A ese candidato del PRI, con esa carita de mosquita muerta que tiene, la verdad es que es un cínico corrupto, igual que todos los del PRI y el primero de julio a punta de votos lo vamos a poner en su lugar. Vamos a ganar».
Pero allí no acaba la cosa, pues increíblemente se ha dado a conocer una información que viene a hacer temblar todo de nueva cuenta, ya que cuando uno esperaría tener apoyo desde su propia trinchera, ahora resulta que Ernesto Cordero, senador del PAN, interpondrá una denuncia en contra de Anaya ante la Procuraduría General de la República, ¿por qué delito creen? Exactamente: por lavado de dinero.
Como vemos, estas contiendas no son más que el ejemplo más claro y puro de las contradicciones, pues si Anaya ya dijo que Peña y Obrador se han unido para llevar a cabo una guerra sucia en su contra, ¿qué le podrá esperar a Ricky Riquín Canallín ahora que hasta en su propio partido lo tratan como un leproso?
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