En esta ocasión, abordaremos el sexto punto del “DECÁLOGO DEL BUEN TRATO”, titulado “YO ESCUCHO”.

En la atención médica, el acto de “escuchar”, o “YO ESCUCHO”, siempre en primera persona, desempeña un papel crucial tanto para el personal de salud como para los pacientes y sus familiares. Escuchar va más allá de simplemente “oir”.

Cuando los profesionales de la salud escuchan a sus pacientes, se mejora la comunicación de manera significativa. Esto permite que los pacientes expresen sus síntomas, preocupaciones y preguntas de manera efectiva, lo que a su vez facilita un diagnóstico más preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Es importante comprender la diferencia entre “oír” y “escuchar”. Oír es el simple acto de percibir el sonido, mientras que escuchar implica procesar y comprender lo que se oye. Es un acto más consciente y reflexivo que implica prestar atención a las palabras, el tono de voz y las emociones del paciente.

Cuando no se escucha adecuadamente, pueden surgir malentendidos, diagnósticos erróneos y la insatisfacción del paciente.

En particular, en el interrogatorio de una historia clínica, el escuchar con atención todos los detalles que proporciona el paciente puede marcar la diferencia entre un diagnóstico certero y uno erróneo.

Además, para los pacientes y sus familias, el acto de escuchar con atención es igualmente importante. Escuchar con atención las preguntas dirigidas al paciente les permite brindar las respuestas más precisas, lo que puede ser crucial para el proceso de diagnóstico y tratamiento. A menudo, la diferencia radica en la capacidad de comunicarse eficazmente.

Es fundamental destacar que, muchas veces, la información se transmite a través de informes, a veces por parte de familiares que relatan los detalles de la atención médica. Escuchar con atención en esta etapa es crucial, ya que, si no se capta con precisión el mensaje, se corre el riesgo de crear confusión, como en el juego del “teléfono descompuesto”, donde los mensajes pueden distorsionarse al pasar de una persona a otra.

En el contexto del buen trato en la atención médica, el acto de escuchar se destaca como un valor esencial en esta carretera de doble vía, otorgado tanto por los profesionales de la salud, como médicos y enfermeras, como por los pacientes, sus familiares y amigos. La importancia de “escuchar” en la atención médica radica en su capacidad para mejorar la comunicación, establecer relaciones de confianza y garantizar una atención de alta calidad. Por todo lo anterior, no olvidemos el valor de escuchar, no solo en las atenciones médicas, sino en la vida en general, porque en la salud como en todo, como dijo Ramón de Campoamor, “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con el que se mira”.