En el ámbito de la atención médica, un valor fundamental que marca la diferencia en la calidad de la atención es la inclusión. En esta entrega del “decálogo del buen trato” titulada “yo incluyo” exploramos cómo este valor es esencial en la atención médica y por qué constituye un pilar sólido para la mejora de la salud de las personas.

La Importancia de la inclusión es tal que puede ser la diferencia entre un buen diagnóstico, tratamiento y pronóstico de los usuarios de los servicios de salud.

La inclusión garantiza que se aproveche al máximo el conocimiento y habilidades de cada miembro del equipo de atención médica, lo que se traduce en una atención más completa y eficiente para los pacientes. Al incluir a los pacientes y sus seres queridos en el proceso de atención, se fomenta la corresponsabilidad.

Los pacientes se convierten en socios activos en su propio cuidado, lo que lleva a una mayor adherencia al tratamiento y mejores resultados. Además, permite un enfoque más completo de la salud, abordando aspectos médicos, emocionales y sociales, lo cual es fundamental para abordar efectivamente las necesidades y preocupaciones de los pacientes. La inclusión promueve una comunicación abierta y transparente entre el personal de salud, los pacientes y sus seres queridos, contribuyendo a una mejor comprensión de los planes de tratamiento y las expectativas. También reconoce y respeta la diversidad de experiencias, culturas y perspectivas en el entorno de la atención médica, otorgando a cada persona una voz y un papel en el proceso.

Como ejemplo, en un quirófano, la inclusión del equipo de cirugía, enfermería, anestesia y personal de apoyo garantiza la seguridad y eficiencia de la operación. En las salas de emergencia, la inclusión de médicos, enfermeras, técnicos y personal administrativo es vital para brindar una respuesta rápida y precisa en situaciones críticas. En el tratamiento de condiciones como el sobrepeso, la inclusión implica trabajar junto con el paciente para establecer objetivos de pérdida de peso realistas y proporcionar orientación nutricional y apoyo emocional. En la rehabilitación después de una lesión, la inclusión involucra a terapeutas y pacientes trabajando juntos para lograr una recuperación óptima, con el apoyo de sus seres queridos.

Para terminar, la inclusión en primera persona es un valor esencial. Cada miembro del equipo, incluidos los pacientes y sus familias, aportan su experiencia y perspectivas únicas para abordar las necesidades de salud de manera efectiva. La colaboración fomenta una comprensión más profunda de los desafíos y una atención centrada en el paciente, lo que mejora los resultados de salud y la experiencia general de atención.

En la salud, como en todo, la inclusión y el trabajo en equipo son clave para un buen trato y una atención de alta calidad. Por qué como bien dijo Ramón de Campoamor, “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con el que se mira”.