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De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de no reforzarse las políticas públicas en México para disminuir la obesidad y el sobrepeso, los costos de años de vida ajustados por discapacidad podrían alcanzar hasta los 42 billones de pesos mexicanos. Esto es equivalente a un costo anual de 4 millones 600 mil pesos anuales por cada niño o niña con obesidad, relacionados con gastos directos en salud, productividad laboral y otros factores, que equivalen al 1.1% del Producto Interno Bruto anual.

Así lo dio a conocer Mauro Brero, jefe de nutrición en UNICEF México, durante la presentación del estudio “La obesidad en infantes y adolescentes en México: costos y acciones eficaces para su prevención”, en el conversatorio que Novo Nordisk llevó a cabo en el contexto del Día Mundial de la Diabetes, en el cual NotiPress estuvo presente.

Según esta investigación, México tiene los niveles de sobrepeso y obesidad entre niños y adolescentes más altos a nivel global, pues 40% de este sector poblacional presenta alguno de estos problemas. En este sentido, la prevalencia es de aproximadamente 1 por cada dos mil habitantes, misma que aumenta durante el crecimiento de los niños y adolescentes.

A su vez, se identifica como causa principal de alta prevalencia de obesidad en esta población, el cambio de dieta en los últimos 30-40 años. “Los niños ya no comen alimentos, comen productos”, expresó Mauro Brero, para enfatizar el poco valor nutrimental y exceso de componentes dañinos de la oferta alimenticia comercial.

Entornos obesogénicos: cómo están afectando a los niños mexicanos
Brero describió que la oferta excesiva y la mercadotecnia agresiva dirigida a niños conforman entornos obesogénicos. Estos entornos propician el acceso de los niños a alimentos no frescos ni orgánicos y vulneran su derecho a la salud y a una buena nutrición.

“El tema de sobrepeso no es cuestión de promoción de la sana alimentación, sino de la protección de los derechos de los niños para acceder a información, educación, salud y nutrición”.
Respecto al efecto adverso de los entornos obesogénicos, el jefe de nutrición mencionó que el exceso de azúcar tiene un efecto perjudicial en el adecuado desarrollo y funcionamiento del cerebro de los niños, como consecuencia del estrés celular que produce.

Por otra parte, remarcó la importancia de realizar estudios para recopilar información sobre los costos que implican los altos niveles de obesidad a nivel nacional. También enfatizó en la importancia de implementar medidas y políticas para disminuir dichas cifras y estimar su impacto en la calidad de vida de las personas y la economía.

Brero dio a conocer a detalle algunas intervenciones que, de ser implementadas en México durante los próximos 65 años, podrían evitar costos de hasta 8.6 millones de años de vida ajustados por discapacidad y ahorrar casi 45 mil millones de pesos cada año en costos por servicios públicos de salud y muertes evitadas.

Como primera medida, mencionó la promoción de la lactancia materna, pues se ha identificado que la fórmula láctea comercial está altamente ligada al desarrollo de obesidad en la vida futura de los menores. En segundo lugar, refirió el refuerzo de medidas fiscales, tales como las aplicadas por el gobierno en 2021 hacia las bebidas azucaradas. Sin embargo, explicó que dichos impuestos actualmente son del 10% y que, para lograr mayor efectividad, estos deberían ser del 20 al 30%. Además, señaló que estas medidas fiscales deberían estar acompañadas de subsidios gubernamentales para el incentivo de producción y consumo de alimentos saludables.

Las otras dos intervenciones descritas por el jefe de nutrición del UNICEF están enfocadas en los entornos donde se desenvuelven niños y adolescentes. Estas consisten en campañas de alimentación saludable y una mayor regulación sobre los productos que se venden en escuelas, centros recreativos y otros. Finalmente, sostuvo que esto debe ir en correspondencia con el fortalecimiento del sistema de etiquetado, sellos de advertencia y regulación de la publicidad enfocada en dicho sector poblacional.

A manera de conclusión, para destacar el impacto económico positivo de aplicar estas medidas a nivel nacional a lo largo de 65 años, Brero comentó que cada peso de inversión en estas corresponde a un retorno de 11,700 pesos. Sin embargo, aseveró que esto es secundario, pues el verdadero beneficio radica en la mejora de calidad de vida y el correcto desarrollo de niños y adolescentes en el país. Por ello, Brero exhortó a reforzar dichas medidas a nivel nacional, pues no obstante que ya se aplican en México, son insuficientes.

NotiPress

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