En la campaña presidencial que ganó Bill Clinton a George Bush padre en 1992 el mantra de campaña del demócrata fue “es la economía, estúpido”.

Hoy, mientras debatimos los contenidos de los libros de texto de primaria, pasamos por alto que el gran cuello de botella, el lacerante pendiente de la educación en México, es la preparatoria.

Corcholatas y taparroscas, analistas y comentócratas hablan del futuro de los niños, de las erratas en los libros de texto y en las carencias o aciertos de la llamada “Nueva Escuela Mexicana”, pero se soslaya el abandono de los jóvenes preparatorianos.

Para muestra, algunos botones.

La tasa neta de matriculación por entidad federativa en el ciclo escolar 2021-2022 fue de 96.3% para la educación primaria; en secundaria, la tasa fue del 83.9%; para preparatoria descendió a sólo el 60.7%.

Esto quiere decir que solo 6 de cada 10 jóvenes en edad de estudiar el bachillerato se inscribieron a una institución educativa.
Otro dato. La deserción escolar.

El INEGI también reportó que en el ciclo escolar 2021-2022, el porcentaje de estudiantes que abandonaron la primaria fue del 0.4%; en secundaria fue del 2.5% mientras que en preparatoria la proporción alcanzó el 9.2%.

En ese ciclo escolar, uno de cada diez estudiantes inscritos de preparatoria abandonó los estudios.

La eficiencia terminal. ¿Cuántos de los que entran a un nivel educativo lo concluyen?

En el ciclo escolar referido, 97 de cada 100 inscritos en primaria concluyeron este nivel educativo. En secundaria, 92 de cada 100. En preparatoria, 70 de cada 100.

Llegan menos estudiantes al nivel medio superior, desertan más, y la concluyen menos. Por eso, hablar de educación universitaria sigue siendo un privilegio.

En el año 2020, el Censo mostró que de toda la población con 15 años o más el 49% tenía sólo educación básica (primaria y secundaria).
El 24% tenía educación media superior, 21% contaba con educación superior y aún persistía un 4.9% sin escolaridad.

Por eso no es de extrañar que el grado promedio de escolaridad en México sea de 9.74 años. 6 de primaria, 3 de secundaria y poco más.

Los candidatos, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, deberían dejar de hablar de los niños, de su futuro, de la reforma educativa y enfocarse en esta dramática realidad. ¡Es la prepa, estúpidos!