Esta determinación se suma a la salida del Acuerdo de París y del tratado nuclear con Irán.
Actualmente Estados Unidos está siendo criticado por organizaciones de derechos humanos y legisladores (demócratas y republicanos) por separar a niños de sus padres indocumentados.
El gobierno de Estados Unidos ha tomado la decisión de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de los Derechos Humanos (ONU). El anuncio lo hicieron Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU, y Mike Pompeo, secretario de Estado; la funcionaria externó que su país no seguirá «siendo parte de una organización hipócrita y egoísta que se burla de los derechos humanos».
Haley aseveró que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (con sede en Ginebra, Suiza) es un «nido de motivaciones políticas», en este sentido desde hace mucho tiempo Estados Unidos ha criticado al organismo por actuar de forma «parcial» en contra de Israel.
Esta determinación del gobierno de Estados Unidos se da un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos calificara como «inadmisible» la separación de niños migrantes de sus familias en la frontera con México. «Ni Naciones Unidas ni nadie más van a dictar cómo Estados Unidos defiende sus fronteras», indicó Haley al respecto.
Además, la semana pasada trascendió en la prensa internacional que Estados Unidos no vio con buenos una iniciativa de reforma que se impulsó en el Consejo, razón por la cual en la Casa Blanca empezaron a meditar la posibilidad de abandonar esta asociación.
De esta forma Estados Unidos se convierte en el primer país que abandona voluntariamente el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se creó en 2006 y del cual formaba parte desde 2009.
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