De acuerdo con la agencia AP hackers chinos vulneraron los teléfonos celulares utilizados por el candidato a la presidencia norteamericana Donald Trump y su compañero de fórmula, JD Vance.
Mediante un comunicado emitido por el FBI no se confirmó que Trump y Vance estuvieran entre los objetivos potenciales, pero se mencionó que estaban investigando “el acceso no autorizado a la infraestructura de telecomunicaciones comerciales por parte de actores afiliados a la República Popular China”.
“Las agencias de todo el gobierno de Estados Unidos están colaborando para mitigar agresivamente esta amenaza y se están coordinando con nuestros socios de la industria para fortalecer las defensas cibernéticas en todo el sector de las comunicaciones comerciales”, dice el comunicado del FBI.
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Funcionarios estadounidenses creen que Trump y Vance son parte de un grupo de personas cuyos números de teléfono se cree que han sido atacados, también sospechan que es parte de una campaña de ciberespionaje más grande lanzada por China, aseveró la fuente.
El diario estadounidense New York Times fue el primero en informar que Trump y Pence fueron blanco de ataques y dijo que la campaña fue alertada por funcionarios estadounidenses esta semana.
FBI habría advertido de ciberataques con antelación
El FBI ha lanzado múltiples alertas en el último año sobre las crecientes operaciones de piratería informática llevadas a cabo por China. En enero, el director de la agencia, Chris Wray, compareció ante el Congreso y reveló que se había desmantelado un grupo patrocinado por el Estado conocido como Volt Typhoon. Este grupo tenía como objetivo enrutadores de uso doméstico y pequeñas oficinas en Estados Unidos, propiedad de ciudadanos y empresas privadas. Las metas finales de esta operación incluían infraestructuras críticas como plantas de tratamiento de agua, la red eléctrica y sistemas de transporte en todo el país.
En un desarrollo reciente, el mes pasado, Wray informó que el FBI había interrumpido una campaña distinta orquestada por el gobierno chino. Esta campaña se dirigía a universidades, agencias gubernamentales y otras organizaciones, logrando la instalación de software malicioso en más de 200,000 dispositivos de consumo, entre los que se encontraban cámaras, grabadoras de vídeo y enrutadores tanto domésticos como de oficina. Estos incidentes subrayan la creciente preocupación por la ciberseguridad y la necesidad de proteger las infraestructuras esenciales de Estados Unidos.
Con información de medios.
KJCS