El pasado 25 de abril, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó la reforma para la reducción de la jornada laboral, que pasaría de 48 a 40 horas semanales, en caso de aprobarse en el Pleno.
Con 27 votos a favor, cero en contra y cinco abstenciones (del Partido Acción Nacional), la reforma pretende modificar el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su apartado A, estableciendo una jornada laboral de 40 horas, en lugar de 48, a la semana y dos días de descanso por cada cinco de trabajo.
El objetivo que plantea esta reforma es la recuperación del desgaste físico y mental de las y los trabajadores, fomentar una mayor convivencia familiar, disminuir las enfermedades mentales, entre otros.
Cabe destacar que, no obstante su aprobación por la Comisión de la Cámara de Diputados, la reforma no podrá ser implementada sino hasta que tenga el respaldo del resto de las y los legisladores, situación que no podrá ser posible hasta septiembre, puesto que el periodo de votaciones del Pleno termina el 30 de abril y no alcanza el tiempo.
“No (habrá) ninguna reforma constitucional porque ya no nos da tiempo, y además de que no nos da tiempo, se tiene que construir en torno al dictamen, en tanto que una reforma constitucional requiere dos tercios, y eso requiere un consenso en la redacción del dictamen”, precisó Ignacio Mier, coordinador de los diputados de Morena.
México peor país en relación vida-trabajo
México es el peor país en la relación vida-trabajo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Por otro lado, somos el segundo país latinoamericano con el promedio más alto de horas de trabajo, con 42.1 horas semanales; en primer lugar se encuentra El Salvador con 43.4 horas semanales, según información de la Organización Internacional del Trabajo.
La OCDE también señaló que las y los mexicanos trabajan, en promedio, 2 mil 250 horas al año, más que el promedio, que es de mil 776 horas de los demás países miembro de la organización. El 29 % de los trabajadores en México tiene jornadas muy largas, en comparación del promedio del 9 % de otras naciones.
“Cuanto más trabajen las personas, menos tiempo tendrán para dedicarlo a otras actividades, como el tiempo que pasan con otras personas, el ocio, comer o dormir”, situación que afecta el bienestar de las personas, aseveró la OCDE.
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