Las emociones son la esencia misma de la experiencia humana, los colores que dan vida a nuestro viaje a través de la existencia. Entre todas, hay un conjunto fundamental conocido como emociones básicas, aquellas que son universales y compartidas por todas las culturas y sociedades.

¿Han analizado cómo basamos el nivel de nuestros conocimientos y “cultura general”, en información del mundo exterior más no de nuestro interior?, por ejemplo, podemos aprender sobre la capital de Veracruz, la tabla del 8, hablar de finanzas, saber de autos… pero ¿sabes cuáles son las 6 emociones básicas del ser humano, aquellas que nos mueven día con día y sobre las que tomamos decisiones diarias? Estas emociones construyen la complejidad de nuestras experiencias emocionales y si invirtiéramos más tiempo en conocerlas, identificarlas y la manera en que las expresamos, aumentaríamos nuestra salud mental y en consecuencia muchas otras de nuestras áreas de vida; todas son necesarias y tienen funciones específicas para adaptarnos y sobrevivir, aquí te las presento.

La alegría es el sol que ilumina nuestros días oscuros. Es la emoción que experimentamos cuando algo nos complace o nos llena de felicidad. Puede ser tan sutil como una sonrisa tímida o tan efusiva como una carcajada contagiosa. La alegría es el pegamento social que une a las personas en momentos de celebración y triunfo.

La tristeza es la sombra que oscurece nuestros momentos más brillantes. Es la respuesta natural ante la pérdida, la decepción o la separación. Aunque a menudo la evitamos, la tristeza tiene su propósito: permite que sanemos, reflexionemos y apreciemos la belleza efímera de la vida.

El Miedo es el centinela que vela por nuestra supervivencia. Esta emoción nos alerta ante el peligro y nos impulsa a tomar medidas para protegernos. Aunque a veces puede ser paralizante, el miedo también es un recordatorio de nuestra humanidad y la necesidad de ser cautelosos en un mundo impredecible.

La sorpresa es la chispa que enciende nuestra curiosidad. Surge cuando lo inesperado se cruza en nuestro camino, ya sea una revelación positiva o negativa. La sorpresa mantiene nuestra mente alerta y nos recuerda que, incluso en la rutina diaria, la vida puede sorprendernos con giros inesperados.

El enojo es la llama que surge cuando nos sentimos amenazados o injustamente tratados. Aunque a menudo asociado con lo negativo, el enojo puede ser un motor para el cambio y la defensa de nuestros principios; nos indica la importancia de poner límites. Canalizado adecuadamente, el enojo puede impulsarnos a superar obstáculos y defender lo que consideramos justo.

El asco es nuestra respuesta visceral a lo que percibimos como desagradable o repulsivo. Es un escudo protector que nos ayuda a evitar peligros físicos y sociales. Sin embargo, también puede actuar como barrera para la comprensión y la empatía, recordándonos la importancia de mantener una mente abierta.

Las emociones básicas son los cimientos sobre los cuales construimos la complejidad de nuestra vida emocional, tienen una química cerebral específica que necesitamos como humanos y cada una tiene su propósito y función, formando un intrincado tapiz a nuestra experiencia humana. Al entender y abrazar estas emociones, podemos navegar más conscientemente por el viaje de la vida, apreciando la riqueza de la gama emocional que nos define como seres humanos. Atrévete a conocer más sobre la manera en que las identificas y expresas, hay maneras profesionales de aprender a gestionarlas de modo más funcional para lograr nuestro potencial, aumentemos nuestra “cultura emocional” y recuerda que, ¡si te atiendes, te entiendes!