Las Mujeres Mexicanas somos parte fundamental en el desarrollo económico del país, y por ende de su riqueza, pese a los diversos roles que día a día tenemos y a las violencias naturalizadas que vivimos; hemos logrado en las últimas décadas construir avances en diversos sectores productivos, tales como: empresariales, educativos, agrarios, políticos, tecnológicos, periodísticos, deportivos, industriales, etc, y lo más importante seguimos siendo la plataforma medular de la FAMILIA.

Un punto a considerar es la exclusión de la mujer en la economía debido a la pandemia por COVID-19, ya que antes de ella, y de acuerdo al último informe del Banco Mundial ascendía a un 32% al representar un 45% de la fuerza laboral, en comparación al 77% de los hombres.

Esto generó fuertes repercusiones económicas  debido a que las mujeres constituyen un 65.2% del PIB nacional, provocando que la mujer tuviera que regresar a las actividades del hogar, ya que un rol importante es el cuidado de la familia, y representó dejar sus trabajos económicamente remunerados, incrementando la GRAN desigualdad socio-familiar, la cual es una brecha que parece cercana a desaparecer, se habla en redes sociales, en movimientos feministas, propuestas de campaña y por ende de gobierno, pero es sólo un discurso, no existen aún medidas laborales igualitarias para los dos géneros, paternidades responsables (pues ellos no fueron educados para ello).

Tampoco hemos logrado que las mujeres quitemos estereotipos ni culpas de crianza, por ende los roles que hoy asumimos, son sobre roles que nos ocasionan enfermedades, divorcios, o pérdidas de empleos; por ello sería importante lograr una real y verdadera reincorporación de las mujeres en todos los campos laborales y con una agenda de género que realmente desde la infancia, la educación en la escuela y la familia logre la equidad, necesitamos hombres aliados de las mujeres que nos ayuden a romper las losas invisibles, ser sororas para apoyarnos, ser mujeres que inspiran a otras mujeres, niñas y adolescentes y que cuando lleguemos a puestos claves, jalemos y empoderemos a mujeres que tenemos a nuestro lado, sólo así lograremos entre todos una real y tangible igualdad.

Hoy contamos con una gran alidada: la tecnología y el acceso a la información, es una gran pareja que nos ayuda a tener inclusión, expresión y en muchos casos una herramienta financiera para mujeres que desde su hogar pueden explotar,  como es el caso de ventas en grupos y plataformas. En nuestro país el 65% de la salud financiera lo manejamos las mujeres, en la organización y en la administración, por ello urge replicar en nuestro país mecanismos internacionales que han fortalecido a comunidades para la inclusión laboral, salud mental y vida saludable para mujeres, ya que somos la plataforma social y económica en nuestro país que HOY solo se queda en discursos políticos y en objetivos no logrados en el mundo ejecutivo empresarial. Sin duda una tarea que deberá hacerse para futuras generaciones y así lograr un país próspero y competitivo en el mundo.