En el artículo anterior hablamos sobre la máxima de Claude Bernard que no hay enfermedades, sino enfermos y su significado para el personal de salud, destacando la individualidad de los enfermos de acuerdo a su edad, sexo, factores sociodemográficos, genéticos, físicos y psicológicos, etcétera.

Dentro de toda la gama de cristales del caleidoscopio, hoy profundizaremos en el enfermo adulto mayor, en principio considerando solo la edad es aquella persona que supera los 60 años , sin embargo, el concepto no puede ser solo de tiempo, los individuos tenemos una edad cronológica, una edad física, una edad psicológica y una edad social y cada una de ellas por si sola está relacionada con el proceso de salud enfermedad.

En este sentido, cuando un adulto mayor se enferma las perspectivas cambian de acuerdo a sus características y que muchas de ellas son producto de cómo se ha vivido hasta ese momento, además de saber que, en principio de acuerdo a la esperanza de vida, está más cerca el final.

Por ejemplo, desde el punto de vista de la edad física o biológico es clara la diferencia entre el paciente que ha tenido una vida saludable a quien no.

Y ahí, sin querer empiezan a cobrarse las facturas por los excesos, sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, entre otros, literalmente son los jinetes del Apocalipsis que nos pueden llevar a la muerte.

Ahora, desde el punto de vista de la edad psicológica el adulto mayor puede tener en mayor o menor grado tristeza, apatía, enojo y está relacionado con cómo se ha desarrollado el adulto mayor y no solo la edad, en tiempo.

Factores como las pérdidas que se han tenido, desde el ser querido, trabajo, dinero, de las capacidades físicas hasta el rol que se tiene en la familia y en la sociedad.

A esto se suman otros procesos psicológicos, como la memoria o el aprendizaje que se modifican de manera gradual.

Y por último, la edad social, la cual dependerá entre otras cosas de la cultura, de la historia de la organización social y del respeto a los adultos mayores

Así el maltrato, la violencia, la discriminación que se tiene socialmente hace la diferencia cuando un adulto mayor pierde la salud.

Por lo anterior, el sufrimiento de un padecimiento en los adultos mayores es muy diferente de acuerdo a las características de la edad cronológica, biológica, psicológica y social, no obstante que sea la misma enfermedad.

De ahí la importancia de la prevención en todos los sentidos y de contribuir todos a una sociedad que respete y ayude a los adultos mayores, todos o estamos o vamos para allá

Por todo esto, y de acuerdo a Ramón de Campoamor, en salud como en todo, “Nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con el que se mira”.