Foto: X/@Claudiashein

Cuando el poder político se hereda, las dificultades para mantenerlo aumentan, sobre todo cuando no se ha afianzado la autoridad sobre los subordinados. Tal vez esa es la principal diferencia entre Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador. Mientras la primera fue cobijada por el aparato de Estado para alcanzar la candidatura presidencial, el segundo se fogueó al calor de la batalla, disputando el poder a otros liderazgos como el de Cárdenas o Ebrard, y a los distintos grupos de poder hasta que logró el control sobre todos ellos.

Eso es probablemente lo que le está haciendo falta a Claudia Sheinbaum para tener el control total sobre su partido, el reconocimiento de su liderazgo, hay corrientes al interior que no reconocen su autoridad y en este momento la han desafiado, por lo que se puede afirmar que hay una rebelión en la granja.

La ceremonia de entrega de bastón de mando en la que el presidente López Obrador cedía el poder a la ex Jefa de Gobierno de la CDMX, sirvió para que Sheinbaum comenzará a tomar decisiones, la más importante de todas, impulsar la candidatura de quien le iba a suceder en la jefatura de Gobierno, pero también para que todos los grupos reconocieran su liderazgo.

Pues bien, solo unas semanas después de haber mostrado su apoyo de forma tácita a Omar García Harfuch, como el aspirante favorito de “La Jefa”, los grupos al interior de Morena se rebelaron y tiraron la candidatura del que era considerado el alfil de Claudia Sheinbaum.

Las señales que se enviaron eran claras: un mitin organizado en el Estadio Azul tuvo que ser cancelado ante la baja asistencia de personas al evento, al tratarse de la Ciudad de México que es el bastión más grande de Morena en todo el país, el que la virtual candidata a la presidencia no haya llenado el lugar, habla de que los grupos al interior de Morena le hicieron un vacío, una mala señal para quien ahora se supone es la máxima líder en Morena.

En días previos al levantamiento de la encuesta para elegir candidatura a la jefatura de gobierno, circuló un audio en el que el ahora jefe de Gobierno, Martí Batres, pedía a la militancia apoyar a la contrincante de García Harfuch por la candidatura de la Ciudad de México, Clara Brugada, ex alcaldesa de Iztapalapa, aunque Batres salió a desmentir que el audio fuera de su autoría y que se hizo con inteligencia artificial, el episodio dejó claro que al interior del partido gobernante no todos comulgan con los planes de “La Jefa”.

Por último, fue tal la presión que se generó por la candidatura de la Ciudad de México, que el partido Morena se vio obligado a postergar el anuncio sobre los ganadores de las candidaturas en las nueve gubernaturas en disputa en este proceso electoral.  En esta coyuntura se realizó un evento en la Arena México en el que virtual candidata a la presidencia de la República pedía encarecidamente “unidad” a los asistentes al mitin, mientras que otro grupo coreaba el nombre de Clara, otra muestra de debilidad en un foro en el que claramente se envió el mensaje de que la poseedora del bastón de mando no tiene el control del partido.

Esta candidatura fue la primera gran prueba de fuego para la virtual candidata a la presidencia y quizás su más grande fracaso, ya que el control de la Ciudad de México es fundamental para darle continuidad a su proyecto.

Lo que estaba en disputa era mucho, la principal molestia de los grupos que estaban en contra de la candidatura de García Harfuch, es que este personaje no proviene de la izquierda y no ha librado las luchas de los grupos de izquierda que desde 1997 han gobernado la Ciudad de México, a este grupo se le conoce como “Los puros”. Por su parte Claudia Sheinbaum consideraba que la candidatura del ex secretario de Seguridad Pública era vital, sobre todo por la simpatía que generaba entre las clases medias, dejar en manos de los grupos tradicionales la candidatura de la Ciudad de México es probablemente entregar a la oposición una posición fundamental, una derrota que Sheinbaum no se puedía permitir.

El resultado de la malograda candidatura de García Harfuch afectará severamente el proyecto político de Claudia Sheinbaum, por una parte, porque no fue capaz de colocar a una pieza fundamental para la continuidad de su proyecto político, la jefatura de la Ciudad de México no es un cargo más, es el paso previo para una virtual candidatura presidencial, el colocar al candidato presidencial asegura protección ante cualquier investigación judicial o persecución política, por otra , al no tener el control de ese puesto, pierde control sobre movilización de grupos y de recursos en la capital del país.

Ahora en caso de que Clara Brugada gane la elección en la CDMX, quedará en manos de los radicales un parte importante del poder político y Sheinbaum no controlará el proceso de sucesión presidencial. Al final López obrador dejó a su candidata sola y decidió dividir el poder y no concentrarlo en Sheinbaum, esto le dará poder a López Obrador para seguir influyendo en la toma de decisiones aún después de dejar el cargo de presidente.