De acuerdo a la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, hay 5 tipos de discapacidad: motriz, visual, auditiva, intelectual y psicosocial. En la discapacidad motriz se consideran a las personas usuarias de silla de ruedas o usuarias de apoyo técnico como bastón, andadera, muletas, personas usuarias de perro de servicio, personas con alguna amputación, usuarias de prótesis, personas de talla baja, personas movilidad reducida entre otras. Es el tipo de discapacidad más visible ya que al ser algo físico podemos identificar un requerimiento de movilidad.

Las personas con discapacidad (PcD) motriz se enfrentan a muchas barreras arquitectónicas como escaleras, puertas angostas, rampas no adecuadas, a la altura de los objetos, pero también a barreras actitudinales, institucionales, de conocimiento y más.

Pero ¿Qué pasa cuando una persona usuaria de silla de ruedas quiere volar? Primero dejar claro que una PcD tiene derecho a viajar sola o acompañada y la negación del servicio puede ser motivo de una denuncia por discriminación ante instancias como CONAPRED y PROFECO.

Las barreras inician desde la página web accesible y/o el conocimiento del agente de viajes para la reserva del vuelo, y se cuente con opción de reserva indicando si tiene algún requerimiento específico de accesibilidad.

Todas las personas usuarias de silla de ruedas tienen un diagnóstico distinto y su movilidad, fuerza, habilidad técnica en el manejo de la silla de ruedas es diferente. Además, hay más de 500 tipos de sillas de ruedas, por lo que normalmente se piensa en una “silla de ruedas hospitalaria”, pero puede viajar con una silla de ruedas activa, una silla de ruedas de motor, una plegable y cada viajero y su silla de ruedas tiene algún requerimiento en particular. Por este motivo desde el traslado para llegar al aeropuerto es una aventura, ya que no todos los servicios de transporte público o privado pueden ofrecer este servicio.

Una vez que llega el pasajero al aeropuerto, hay 2 instancias: la aerolínea y servicios aeroportuarios, normalmente el primer contacto es la ventanilla para documentar en la aerolínea, quienes deben contar con una fila preferencial para personas con requerimientos de accesibilidad, se documenta el equipaje y la silla de ruedas viaja documentada pero no cuenta como equipaje (maleta) ni debe tener costo extra, lo más importante es que sea considerada “frágil” y se tengan todas las precauciones para el traslado de la misma, así mismo se puede solicitar la entrega de la silla personal hasta el abordaje del avión.

El pasajero es trasladado a una silla de ruedas de uso gratuito del aeropuerto y con personal de apoyo, quien acompañara a la persona hasta que aborde el vuelo, y deben apoyar durante el tiempo de espera, en los servicios que requiera el usuario.

Un tema legal pendiente es el pasar por los detectores de metal, ya que hay usuarios de prótesis que se activan las alarmas y deben pasar por los mismos así traigan sus documentos médicos, así como hay personal de seguridad en aeropuertos que insisten en que la persona debe ponerse de pie y pasar “solos” por el detector, siendo que en ocasiones esto sería imposible.

En la siguiente columna, vamos a platicar sobre la experiencia de volar siendo usuario de silla de ruedas.