Hacer un recorrido por las comunidades purépechas en la noche de Día de Muertos es algo único. La cantidad de flores, velas, adornos de papel y comida cubierta de servilletas bordadas sobre las tumbas es un gozo a la vista. Descubrí algunos sitios que están a una hora de Morelia en la zona lacustre y que valen la pena visitar.

En Tzintzuntzán, que se  localiza a 17 kilómetros de Pátzcuaro a orillas del lago, es impresionante caminar en su panteón, tapizado por los pétalos amarillos de las flores de cempasúchil (flor de muertos), lleno de veladoras y ofrendas. En el cementerio de Tzintzuntzan se respira un olor a flores, incienso, velas, pan de muerto y dulces tradicionales que se colocan en las grandes ofrendas, sus artesanos se esmeran en elaborar productos artesanales de loza negra y vidriada, loza blanca, ángeles de paja, frutas y madera tallada para colocarlos en las ofrendas. Se acostumbra también a intercambiar alimentos con las personas cercanas o conocidas. Este pueblo mágico fue centro del Imperio Purépecha y primera ciudad capital de Michoacán. Aún se conservan construcciones prehispánicas conocidas como Las Yácatas.

Otras dos comunidades que recomiendo visitar por no ser tan concurridas por los viajeros son Ihuatzio y Cucuchucho, ambas comunidades se encuentran en los bordes del lago de Pátzcuaro. Ahí, durante el primero de noviembre, verás cómo sus habitantes se dedican a la decoración de las tumbas, hacen estructuras de madera que puedan soportar las decoraciones de flores, principalmente de cempasúchil. Es muy peculiar la forma en que colocan la comida en estos lugares, usan ollas y canastas que cubren con servilletas de bordados muy coloridos que son hechas por las mujeres de la misma comunidad.

En Ihuatzio los arreglos para su ofrenda suelen ser más elaborados, llaman la atención las estructuras de madera que se ponen como cabeceras de las tumbas y se decoran con flores, maíz y objetos de barro, además de fotos de los familiares fallecidos. En Cucuchucho, las velas decoradas con flores y las servilletas de colores son los artículos decorativos principales.

Otro recorrido mágico donde podrás disfrutar del templo y su colorido panteón, es trasladarse en lancha por las aguas del “Lago de Pátzcuaro” hacia la Isla Pacanda, vecina a la Isla de Janitzio. Es una de las islas más vírgenes que aún es habitada por indígenas nativos.

Que no te sorprenda que en estos pueblos mágicos de Michoacán te inviten a comer y beber alrededor de una fogata, cerca de alguna tumba mientras escuchan música y te platican de sus muertos, a los que van a visitar cada noviembre, eso sí, todo con respeto y moderación.

¿Te animarías a visitar estos rincones en Michoacán?

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