SUBE LA GASOLINA, SUBE TODO LO DEMÁS
SUBE LA GASOLINA, SUBE TODO LO DEMÁS

Un duro inicio de año el que se está viviendo en México con el incremento en el precio de la gasolina, mismo que anunció la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) desde la semana pasada y que entraría en vigor el primer día de este 2017.

Como es común, el incremento en el costo del hidrocarburo disparan los precios de otros productos y servicios básicos.

Para el segundo día del año la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue la primera gran empresa en anunciar incrementos en sus tarifas debido al incremento de los precios de la gasolina; si bien es cierto que las tarifas se incrementarán en tres de los cuatro niveles de cobros, la CFE asegura que el 99 por ciento de sus usuarios no sufrirán incremento en la cantidad que pagan, ya que el grueso de la población se encuentra en el plan tarifario de consumo doméstico bajo.

Otro producto de la canasta básica mexicana es la tortilla, la cual cambia constantemente de costo debido a que su precio está liberado y sujeto a la oferta y demanda, pero debido al gasolinazo inicial de 2017, se prevé que suba el costo por kilogramo, que actualmente oscila entre los 10 y 12 pesos, consiguiéndose más caro en las tortillerías que en las tiendas de cadenas, debido a la mayor capacidad de compra que tienen estas últimas.

Aun así se espera para los próximos días el alza del precio hasta del 20 por ciento, lo que la colocaría en los 14.40 pesos por kilo en la zona metropolitana del Valle de México, según los datos facilitados por Gerardo Noriega Altamirano, catedrático investigador de la Universidad Autónoma  de Chapingo, quien anuncia que debido a los insumos ocupados para la producción y transporte del maíz, va a ser imposible una estabilidad en el costo de la tortilla ya que los productores verán con dificultad obtener una ganancia de mantenerse los precios actuales.

En otras entidades como Campeche, el precio de la tortilla ya se ha elevado a los 17.50 pesos, declarando que el precio en las tarifas de la luz y la gasolina los ha orillado a subir un peso con respecto al costo que manejaban anteriormente y el cuál se mantuvo hasta que termino 2016, tal y como se habían comprometido con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), según lo declaró Mauro Chan Canto, presidente de los microempersarios de la masa y la tortilla de Campeche.

Si sube la gasolina sube el precio del transporte público y eso es lo que el gobierno capitalino planea hacer para el próximo mes de febrero. Según Héctor Serrano, secretario de Movilidad, el incremento en el costo del pasaje se daría en los medios concesionados como taxis, autobuses, microbuses y combis, incluido el Metrobús y los otrora RTP, ahora Red M1.

Es un duro panorama para el mexicano “promedio” ya que las afectaciones al bolsillo repercuten directamente en ellos –nosotros-; porque no sólo se elevó el  precio de la gasolina, se incrementan los costos en los alimentos y de movilidad, tan necesarios en el ajetreo diario del país.

Y una cosa es bien cierta, el alza de los costos del hidrocarburo no afecta a los más ricos, que es cierto deben pagar el precio de gasolina vigente, pero no les afecta porque tienen los recursos –y que bueno que los tengan, en verdad-, a ellos qué  les importa si deben pagar un 14 o un 20 por ciento más.

El peso de las consecuencias recae en la clase baja, la trabajadora, la clase media, si es que aún existe la clase media, aquella a la que no les perdonan impuestos  y trabajan de sol a sol en empleos poco remunerados, es en ese sector donde el golpe se siente y donde duele, porque por muchas movilizaciones y bloqueos el precio seguirá siendo el mismo, deseando que los beneficios de la liberación del costo de la gasolina se vean en pocos meses, así como lo anuncian las autoridades.

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