Existen varios tipos de contendientes a la dirección de cada uno de los movimientos, de los cuales sobresalen unos por su forma de comportarse, sus expresiones y hasta el grado de mimetización que tienen con su líder político; existen otros que destacan por su desarrollo profesional, siendo uno de ellos el ex canciller Marcelo Ebrard, quien inició su trayectoria dentro de la administración pública en la subsecretaria de programación y presupuesto en 1981, lo que le ha permitido conocer de forma clara cómo se ha gestado el desarrollo nacional durante los últimos 42 años al participar desde el interior del gobierno como funcionario y servidor público; él no es ajeno a la realidad nacional, cuestión que le ha permitido crear un ambiente de cordialidad con nuestros socios comerciales y mantener a flote los tratados comerciales.

Ebrard no es un improvisado, más bien es un docto en la materia administrativa y de gobierno, quien cedió según se rumora, en 2 ocasiones, su posición para contender por un puesto de elección popular a su amigo y ahora líder político, Andrés Manuel. Él tiene un compromiso con el futuro el cual está nuevamente en riesgo, derivado de la forma de seleccionar al candidato de Juntos Hacemos Historia, es un hombre que de llegar a ser el coordinador de los trabajos para la defensa del voto y eventual candidato a la Presidencia de la Republica le imprimiría su sello personal; se caracterizara por la experiencia adquirida a lo largo de 4 décadas; así como el correcto ejercicio de poder para llegar a acuerdos, como lo demostró y aprehendió en los noventas a lado del otro Manuel, al que reconoce como amigo y mentor en su libro “Víctor Manuel Camacho Solís”, quien fuera regente de la Ciudad de México y el negociador de la Paz en los eventos de 1994.

Ebrard tiene un compromiso con la historia y deberá dar batalla para ser el candidato de MORENA para el 24, ya que cuenta con los elementos para crear una plataforma nacional de reconciliación nacional, pues como acertadamente lo estableció Enrique de La Madrid en días pasados, la prioridad para avanzar es reconciliar a los mexicanos, dejar a un lado la polarización, ya que el objetivo es reducir las desigualdades existentes y lograr una sociedad más pareja “hacia arriba, no para abajo”. Marcelo tiene la posibilidad de dar un giro a la política nacional, con una visión más amplia de lo que es la trasformación del Estado, dejando de lado el populismo para avanzar a una nación incluyente y moderna.

Otro de los candidatos que ha permanecido durante las últimas 4 décadas, que está consciente de la realidad nacional y las causas de lo que vivimos, es Beatriz Paredes Rangel, mujer que se ha desempeñado en múltiples cargos públicos a lo largo de su vida, que cuenta con el liderazgo y reconocimiento de propios y extraños por su capacidad política, cuestión que de ser electa para representar al frente amplio opositor en la Dirección de la Defensa de la Democracia, le permitiría hacer la diferencia. Paredes Rangel ha mostrado su carácter más de una ocasión, expresando su pensamiento libremente aun a pesar de sus correligionarios, en diferentes ocasiones ha expresado la necesidad de transformar al Estado mexicano, tiene la madera para contender a la presidencia de la República e imponer el estado de derecho que combata de forma frontal la problemática nacional, generando acciones que disminuyan la inseguridad, iniciando el proceso de recomposición social.

Beatriz Paredes, Marcelo Ebrard y Enrique De La Madrid, tienen grandes coincidencias en su discurso y en sus trayectorias; los tres sin duda podrían formar un equipo para crear el ambiente propicio para el desarrollo integral de los mexicanos, dándole esperanzas a las nuevas generaciones. “La decisión está en nosotros y en la selección que hagamos. Ser el más popular no significa ser el mejor”.

#Por_un_solo_México, #Agosto_mes_cohesion_social.

Javier Agustín Contreras Rosales. Colaborador de Integridad Ciudadana AC, Contador Público, Maestro en Administración Pública @JavierAgustinCo @Integridad_AC