A la gran mayoría de las personas les gusta viajar, y las personas con discapacidad (PcD) no son la excepción. Existe un importante segmento de la población en búsqueda de destinos inclusivos, de empresas turísticas especializadas con servicios accesibles, con guías capacitados en la atención adecuada a PcD, dispuestos a recorrer nuestro maravilloso país en una silla de ruedas, con su perro de asistencia, con un bastón, entre otros.

De acuerdo al Censo de población y vivienda de INEGI 2020, el 16.5% de la población en México son personas con discapacidad, lo cual equivale a casi 21 millones de personas en nuestro país. A este universo se puede sumar la población de adultos mayores y personas con requerimientos de accesibilidad, que es un 12% de la población y equivale a un 15.1 millones de personas mayores de 60 años.

La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad en su artículo 30, hace referencia a que se debe asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso a los servicios de quienes participan en la organización de actividades recreativas, turísticas, de esparcimiento y deportivas.

¿En México se garantiza el derecho al ocio y al turismo para las personas con discapacidad? Se ha avanzado en gran medida, sin embargo aún hay un gran camino por recorrer. Por ejemplo, de acuerdo al Observatorio Iberoamericano de Turismo Inclusivo OITI, solo hay trece playas accesibles conforme a los indicadores de “Blue Flag”. Menos del 3% de las habitaciones de hoteles son accesibles, solo en cinco destinos de nuestro país cuentan con transporte turístico adaptado. Más del 90% de las personas con discapacidad auditiva se han percibido discriminadas en el turismo al no contar con información en Lengua de Señas Mexicana, pero sobre todo cuando un prestador de servicios turísticos no está dispuesto a ofrecer sus servicios al enfrentarse a la barrera de la comunicación.

Para que México sea considerado un destino turístico inclusivo es necesario trabajar en equipo con las dependencias de gobierno y garantizar políticas públicas en turismo social, solidario, sostenible e inclusivo; con la suma de la academia ya que se requieren estudiantes de turismo y carreras afines con el conocimiento en la materia, además de investigadores que realicen estudios referentes al turismo inclusivo. Se requiere de la suma de los empresarios de turismo y de todos los que trabajan en el sector: hoteleros, restauranteros, guías, tour operadores, aerolíneas, agencias de viajes y más. También la suma de los medios de comunicación, sobre todo de los especializados en turismo para visibilizar la importancia del turismo inclusivo y el eslabón más importante: “Nada de nosotros sin nosotros”, que es la suma de las personas con discapacidad y sus asociaciones.