En nuestra serie dedicada al decálogo del buen trato en la atención médica, el último artículo exploró el poder de la inclusión con “YO INCLUYO”. Ahora, nos sumergiremos en otro punto crucial: “YO COLABORO“.

Después de cultivar la inclusión y fomentar la voluntad de trabajar en equipo, la materialización de esta voluntad es el compromiso personal de colaborar, siempre expresado en primera persona.

La colaboración en el entorno médico va más allá de simples interacciones; es la piedra angular para lograr resultados esperados en diagnósticos, tratamientos y adherencia a estos. Enfocándonos en el trato al paciente y su familia, así como en las relaciones entre el personal de salud, la colaboración se convierte en un elemento transformador.

La importancia de “yo colaboro” radica en que, al trabajar juntos, pacientes, familiares y profesionales de la salud crean un entorno propicio para la comunicación efectiva y la toma de decisiones compartida. Esto no solo fortalece los lazos humanos, sino que también impacta directamente en la calidad de la atención.

Ejemplos concretos de colaboración pueden incluir la participación activa del paciente en su plan de tratamiento, la comprensión y apoyo de la familia en las decisiones médicas, y la coordinación eficiente entre diferentes especialidades médicas para abordar integralmente la salud del paciente.

La colaboración también juega un papel esencial en la prevención. Cuando todos los actores involucrados trabajan en conjunto, se facilita la identificación temprana de problemas de salud, lo que lleva a intervenciones más efectivas.

Añadir la importancia de “yo colaboro” en la seguridad del paciente es crucial. La colaboración entre profesionales de la salud y pacientes reduce riesgos, evita malentendidos y contribuye a un ambiente de atención más seguro. La participación activa del paciente en su cuidado, respaldada por una colaboración efectiva con el equipo médico, promueve una atención más personalizada y adaptada a las necesidades individuales, minimizando errores y maximizando la seguridad.

Así que, al poner en práctica “yo colaboro”, no solo estamos promoviendo un buen trato, sino también construyendo cimientos sólidos para alcanzar resultados óptimos en la atención médica. La colaboración es la chispa que enciende la sinergia entre pacientes, familias y profesionales de la salud, llevando consigo la promesa de un cuidado más efectivo y humano.

Para concluir, en la Salud, como en todo, la inclusión y el trabajo en equipo, y su materialización como colaboración para cumplir objetivos a través del “yo colaboro”, son clave para un buen trato y una atención de alta calidad. Por qué como bien dijo Ramón de Campoamor, “nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con el que se mira”.