El día de ayer, Enrique Peña Nieto, junto a miembros de su gabinete de trabajo, se reunieron con representantes del sector empresarial y campesino, con el objetivo de anunciar y firmar el «Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar», con lo que se evitará un incremento injustificado en los productos que conforman la Canasta básica.
Con un semblante más que adusto, el presidente de la República se dirigió a la nación, señalando, por enésima vez, que el ajuste en los precios de la gasolina no se debe a la Reforma Energética, ni a la Reforma Hacendiaria, sino que es consecuencia de un alza global en el costo del carburante.
De nueva cuenta, señaló que, de no haber dejado de subsidiar la gasolina, los más desfavorecidos económicamente hubiesen sido los más afectados, ya que los programas sociales que apoyan a los sectores que vivien en pobreza tendrían que haber sido recortados.
Es interesante remarcar que, entre más crece el número de movilizaciones sociales por el alza del precio de la gasolina, tanto el presidente Peña, como el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, se aferran a la misma explicación; ¡qué si todo fue en favor de la sociedad y que es la población, que a la larga, será la beneficiada! Ellos estóicos siguen su discurso, sin saber,o más bien sin darse cuenta que la realidad que se vive en el país es otra.
Algo de lo dicho por el presidente Peña Nieto la tarde de ayer, fue que, a pesar del alza en los precios del hidrocarburo en México, se sigue vendiendo una de las gasolinas más baratas. Pero también olvidó decir que en México la gente cobra de los salarios más bajos mundialmente, lo que se traduce en un mayor porcentaje de ingresos que se van en pagar el combustible.
Toda la semana se ha hecho un llamado a la gente para que salga a las calles a manifestarse, de manera pacífica, por supuesto, porque sí debe quedar bien en claro que los desmanes registrados en Puebla, Estado de México, Veracruz, Hidalgo, Chiapas, Nuevo León y demás estados del país, fueron atizados por distintos grupos politicos para desvirtuar el movimiento social y que la nota sea, como desgraciadamente pasó, los saqueos y la violencia.
¡Es eso! desvirtuar, quitar credibilidad, esa es la estrategia de nuestro «Buen Gobierno» que nos perdona todo y busca el bienestar social, quitándose el 10% del salario de los altos funcionarios, de la boca.
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